El FC Barcelona arrancó LaLiga Santander en el Camp Nou ante el Deportivo Alavés apenas una semana después de conquistar la Supercopa de Epaña en Tánger. Los jugadores del Barça aprovecharon este primer encuentro en casa para ofrecer el trofeo a la afición, aunque lo cierto es fue un acto muy breve y que pasó completamente desapercibido.
Una vez finalizado el calentamiento y tras una conjura sobre el césped, un miembro del cuerpo técnico les acercó el trofeo. Fue Messi quien lo levantó enseñándoselo al público. Ahí quedó ese pequeño acto, que no tuvo demasiada repercusión ante un Camp Nou por entonces prácticamente vacío.