El Barcelona arregló este sábado su mal partido ante el Rayo Vallecano. El conjunto azulgrana vio como los locales le remontaban el tanto inicial de Luis Suárez, pero logró sumar los tres puntos en juego tras reaccionar no obstante de su mal juego.
Y es que los de Ernesto Valverde volvieron a tropezar con la misma piedra. Su primera y única derrota en esta temporada se produjo al sur de Madrid, ante el Leganés en la jornada 6 de LaLiga Santander viendo también cómo los locales le remontaban un gol con el que momentáneamente se pusieron por delante.
A pesar de ello, al menos de inicio, parecía que el técnico extremeño del Barcelona había tomado las medidas suficientes para que no se volvieran a cometer los mismos errores que condenaron por aquel entonces a los suyos. Sin rotaciones en el once - pero sin Messi de nuevo - Valverde no quería confianzas y merced a un gran comienzo, se pusieron por delante en el marcador de forma temprana.
Pero desde el momento del gol de Luis Suárez... el Barça desapareció progresivamente y le dio alas a un Rayo que consiguió estuvo muy cerca de sacar un gran resultado ante el líder.
Y una vez que se vio con el agua al cuello y siendo consciente de que sus jugadores más creativos no respondían (Arthur y Coutinho) echó mano de la velocidad y el empuje de Arturo Vidal y Munir sin mejorar el juego del equipo como resultado pero finalmente logrando sacar la victoria renunciando a su identidad en un partido que se había puesto cuesta arriba.
Lo único que queda claro tras la segunda visita a un humilde del sur de Madrid es que en esta ocasión, Valverde no pudo hacer mucho más. Toca mirar a los futbolistas que no encontraron la motivación que sí tenían ante el Clásico o que presumiblemente tendrán ante el Inter y que faltó también el pasado miércoles en la Copa del Rey. Cuestión de actitud.