Ousmané Dembélé centra las miradas: la afición, los directivos, los ojeadores de otros equipos y su propio entrenador. Todos miran al jugador del FC Barcelona tras las últimas semanas de polémica. Él responde y progresa adecuadamente.
Mucho se habló de Ousmané durante la semana. Su gol ante el Atlético de Madrid salvó el empate en el Wanda Metropolitano y rápidamente salieron a la luz sus números: cinco goles en LaLiga Santander para dar siete puntos a su equipo.
Las críticas pasaron a ser halagos y este miércoles, ante el PSV, volvió a demostrar la razón por la que Valverde valora tanto al extremo. "Es un jugador que es capaz de cambiar las dinámicas de los partidos. Sale del banquillo y es capaz de revolucionar, de cambiar el ritmo. Eso a veces no se valora en el fútbol". "Es un futbolista distinto, tiene algo muy difícil de encontrar en el fútbol, es un jugador de los que pocos quedan", insiste el técnico en cada una de sus comparecencias.
Sus compañeros han pasado de 'tirarle' a apoyarle y en el seno del Camp Nou han cambiado el gesto al hablar de él: Dembélé comienza a ser determinante, piensan.
Ante los holandeses partió como titular, se compenetró a la perfección con Nelson Semedo y, en una noche descafeinada de su equipo, se convirtió en el verdadero quebradero de cabeza rojiblanco.
Angeliño, internacional sub21 español, apenas sabía por donde llegaba Ousmané. Desbordó, dirigió contragolpes, combinó, ayudó en defensa e incluso se atrevió a lanzar a portería.
Le faltó el gol, o la asistencia, pero Ousmané Dembélé, tras varias semanas complicadas, progresa adecuadamente.