Manuel Sánchez Gómez
Liverpool, 7 may .- En el museo de los Beatles en Liverpool, se agolpan fotografías de los 'Cuatro Fabulosos', recreaciones de The Cavern Club, instrumentos de la banda y datos y datos sobre el cuarteto. A su alrededor, cientos de aficionados del Barcelona proclaman aquello de 'Aquí llega el Barcelona'.
La mítica grabación del largo 'Abbey Road', compuesta por George Harrison y con el título original de 'Here Comes the Sun', sirve para explicar el despliegue blaugrana en Liverpool.
Bufandas y camisetas del Barcelona pululan por la puerta del Cavern Club, bar céntrico en el que los Beatles se reunían y escapaban de las adolescentes que aún menores de edad no podían entrar al bar.
La leyenda incluso cuenta que Paul McCartney, John Lennon, George Harrison y el entonces batería Pete Best se colocaban en una mesa cercana al baño para ver a las chicas que llegaban del trabajo y se arreglaban en el aseo de señoras.
Una leyenda más en una ciudad esculpida por la historia, y en la que cada recoveco desprende el aroma a música y fútbol.
"Sufriremos mucho, es fútbol inglés y hay que sufrirlo. Ellos harán todo lo posible y si tienen la suerte de marcar un gol pronto habrá guerra", explicó a Efe en un tono futbolístico Joan Viñals aficionado de la peña Mataró.
Viñals fue uno de los tantos que pasaron por el museo de los Beatles, situado en el muelle de la ciudad inglesa. Pero antes se hace imprescindible revolotear por el Cavern.
Prácticamente instaurado como centro neurálgico de la ciudad, entre las paredes de Matthew Street, el Cavern albergó casi 300 conciertos de los Beatles y su aroma a 'Yesterday', 'Let it Be' o 'In My Life' aún se hace sentir.
"Ese es John Lennon", exclama un aficionado blaugrana apuntando a una estatua que corona y da la bienvenida a Matthew Street. A escasos metros, Lennon se apoya en una columna, con cientos de grupos esculpidos en piedra a su alrededor. Arctic Monkeys, Oasis y The Rolling Stones vislumbran cómo decenas de personas esperan su turno para fotografiarse con Lennon. Con la escultura que recuerda al genio fallecido en 1980.
Son unos 2.000 aficionados visitantes los que han podido aterrizar en Liverpool. "No hay muchos más, son las entradas que ha dado el Liverpool", explicó Viñals.
"Lo mismo ocurrió en cuartos con el Mánchester", prosiguió un Viñals que manifestó su preferencia por Mánchester, quizás más atraído por los sonidos de Oasis y The Stone Roses que por la 'Beatlemanía'.
Porque los gritos de las chicas que esperaban el aterrizaje de los Beatles en Estados Unidos, allá por 1964, quizás solo puedan ser igualados por la grada de The Kopp cuando esta entone el 'You'll Never Walk Alone' esta noche.
Una pieza musical que da identidad a una ciudad poseída por los Beatles y en la que su legado musical sorprende a cada instante.
Brian Epstein, el quinto Beatle y mánager del grupo, prometió después de la última actuación del grupo en The Cavern el 3 de agosto de 1963, que algún día volverían. Nunca lo hicieron.
Quizás esta noche, aquel milagro nunca producido, se reviva con otro imposible, la remontada del Liverpool.
O quizás, sea más fácil "vivir con los ojos cerrados", pensar en el "ayer" y "dejarlo estar". Ahora que decidan Barcelona y Liverpool.