La llegada de Antoine Griezmann al FC Barcelona ha sido una montaña rusa de emociones dentro de la plantilla azulgrana. El anuncio del delantero francés fue un jarro de agua fría para los que querían a Neymar de vuelta, y luego se pudo comprobar que Griezmann le cerró por completo la puerta a su regreso.
A partir de ahí las malas caras fueron evidentes, sobre todo en Leo Messi, que fue quien peor llevó que un jugador que había rechazado al Barça en público y por dinero el año anterior ahora iba a impedir que llegara su amigo Neymar.
Ante eso hubo cierto boicot contra el francés, pero Messi se quedó bastante solo en su lucha contra Griezmann, solo Luis Suárez, Gerard Piqué y Sergio Busquets parece que hicieron algo para que el ex del Atlético de Madrid notara el vacío.
No se puede decir que Griezmann se haya ganado ya al vestuario del Barça, pero la estrategia de Leo Messi de que el club ofreciera jugadores para traer a Neymar acabó volviéndose en contra del argentino, que supo de primera mano que Ivan Rakitic, Samuel Umtiti, Ousmane Dembelé, Arthur Melo y Nelson Semedo no iban a salir con destino a Francia y por lo tanto iban a tener motivos para estar mosqueados con Messi por su insistencia en Neymar que casi los saca del club.
Griezmann sí se ha ganado a los franceses, y esta misma semana hizo una cena en su casa junto a Samuel Umtiti, Ousmane Dembelé y un Clement Lenglet que había sido silenciado por Leo Messi en cuanto a Neymar, pero que ahora tras su no llegada parece que no ha dudado en señalar que "menos mal que ya se ha acabado". El central francés no aguantaba tener que callarse por culpa de Messi.