Con la miel en los labios
Una exhibición a medias. Un festival sin terminar. Los aficionados del FC Barcelona se tuvieron que marchar a sus casas sin poder terminar de degustar un plato que estaba cocinando Leo Messi, a fuego lento, para que Griezmann y Luis Suárez no se quedasen con hambre.
Las molestias del argentino en la primera mitad hizo que Ernesto Valverde no arriesgase con el futbolista y le retirase del campo en la reanudación de la segunda mitad. Su hueco lo ocuparía un Ousmane Dembélé que regresaba también en la noche de este martes.
La realidad es que el técnico culé apostaba ante el Villarreal por la delantera de gala por primera vez en lo que va de temporada. Leo Messi debutaba como titular acompañado por un Luis Suárez, que parece haber recobrado su olfato goleador, y por un Antoine Griezmann que tan sólo necesitaría cinco minutos de encuentro para dar un golpe encima de la mesa y celebrar su tercer tanto de la temporada.
Una oportunidad propicia para que la parroquia culé se deleitasen de los primeros pasos de una sociedad que está casada con el gol y que no tardará en levantar de sus asientos a cada aficionado que la observe.
El primer 'chispazo' no tardaría en llegar. Messi se acercaba a la esquina del córner andando en busca de una pelota que iba a servir a continuación en bandeja para que Griezmann apareciera como si de un rayo se tratara para cabecear a la perfección y superar a un Sergio Asenjo que aún estaba acomodándose en su portería.
Un hecho que no quedaría aislado, puesto que el '10' azulgrana se había propuesto regresar por la puerta grande y así estaba siendo. Se ha podido ver a un Messi bastante participativo y con una gran facilidad para encontrar a dos socios que ya vuelven a estar pendiente de la enfermería esperanzados de que estas molestias se queden en un susto.