El exjugador del FC Barcelona Gaby Milito ha concedido una entrevista a Infobae en la que ha repasado su trayectoria como culé. El argentino, que jugó en la ciudad condal de 2007 a 2011, ha tenido palabras de elogio para excompañeros como Leo Messi, Ronaldinho, o, sobre todo, para Pep Guardiola.
"Con Pep empecé a entender el juego de otra manera. Empecé a entender el porqué de las cosas. Aprendí que hay que presionar, pero que no todas las presiones tienen que ser iguales. Nos incorporaba una infinidad de conceptos imperceptibles para la mirada del espectador", desveló el actual entrenador de Estudiantes La Plata.
Gaby Milito también cuenta cómo Guardiola fue capaz de ganarse a un vestuario del Barça plagado de estrellas: "Hubo un momento en el que nadie dudaba ni cuestionaba lo que él decía. Ese era el plan, aunque quizás existiese algo mejor. Cuando alguien genera algo así en jugadores con esa calidad, el equipo es casi invencible".
También quiso destacar el excentral una anécdota para alabar la calidad humana del de Santpedor: "Me lesioné en el final de la época de Rijkaard y sólo había coincidido con Guardiola en un entrenamiento. El día de mi operación, él apareció sin avisarme. Otro día, antes de su debut en Champions, yo estaba en Argentina y me llamó: 'Hoy empieza la Champions que vas a jugar'. Me dio una fuerza increíble".
De Guardiola a Leo Messi, el otro gran factor decisivo de ese Barça campeón. Su compatriota Milito sólo tiene palabras de elogio para el '10': "De Leo siempre se puede esperar más. Es el mejor de todos los tiempos".
"Tiene el talento y el físico intactos. Messi se cuida mucho, vive para el fútbol. A lo mejor en cuatro o cinco años no tiene el ritmo de ahora, es normal. Pero su magia no se va a apagar. Siempre se puede esperar algo más de él", desveló el técnico.
Gaby Milito destacó al predecesor de Leo como estrella del Barcelona, Ronaldinho, y contó una anécdota con el brasileño: "Nuestra historia tenía de todo. Nos enfrentamos desde el Sudamericano sub 17 y yo le daba. Nos matábamos cada vez que nos enfrentábamos".
"Cuando coincidimos en España ya nos veíamos en la cancha y nos reíamos con complicidad. Ni bien llegué al Barça, se me acercó y me dijo: 'Gaby, por fin vamos a jugar juntos, así no me pegas más'", confesó el argentino entre risas.