Antoine Griezmann, delantero del FC Barcelona, está en boca de todos. El punta francés, tras un polémico fichaje, no ha conseguido arrancar en el club culé y entre rumores sobre su relación con Leo Messi, declaraciones equivocadas en sala de prensa y críticas acumuladas en su puerta, Valverde ya le relegó a la suplencia en el último encuentro. El francés no tiembla, sabe que debe superar la 'infección del primer año'.
Como si se tratase de un virus, Griezmann y su primera temporada viven en un ciclo dispuesto a repetirse. El delantero galo, a pesar de las numerosas críticas, ha explicado una y otra vez que necesita "adaptarme a un nuevo estilo, una nueva idea y unos nuevos compañeros". Él sabe la receta.
Sus inicios en el Atlético no fueron fáciles. Tras un pago de más de 50 millones de euros, Griezmann arrancó de forma irregular: a estas alturas, Grizzi sumaba un único tanto en la Champions League ante el Olympiacos.
Sin ser titular indiscutible ni mucho menos, Simeone le moldeaba semana a semana y buscaba exprimir al delantero que acabaría su primer curso en el Calderón con 25 goles en 53 encuentros. Pero fue necesaria la paciencia.
La 'explosión' de Griezmann llegó en la décima jornada, en la que consiguió anotar un doblete ante el Córdoba. En las siguientes 24 jornadas anotó 20 goles, casi un tanto por jornada.
En el Camp Nou la historia parece repetirse. Hasta el momento suma tres tantos en siete apariciones en LaLiga Santander, mientras que en la Champions League continúa 'seco'.
La preocupación parece instalarse en otros lares. Griezmann conoce la 'infección del primer año' y no teme: los goles acabarán llegando junto a Luis Suárez y Leo Messi.