Cualquier declaración de Gerard Piqué siempre copa toda la actualidad deportiva. y las de anoche, en los micrófonos de El Larguero de la Cadena Ser, no iban a ser menos. Las palabras del central del FC Barcelona sobre la disposición de la plantilla a retocarse el sueldo para que Neymar pudiera llegar al conjunto blaugrana este pasado verano deja muchas sombras. Entre ellas, ¿no es suficiente con el fichaje de Antoine Griezmann que están dispuesto a tocarse el sueldo para la llegada del brasileño?
Piqué reconoció que hablaron con Josep Maria Bartomeu para facilitar la llegada del brasileño este mismo verano. Durante la entrevista, Manu Carreño le preguntó a Piqué si la plantilla estaba dispuesta a poner dinero para fichar a Neymar. El central fue bastante sincero: "No poner dinero. En su momento lo que le planteamos al presidente es si nos teníamos que retocar el contrato. Porque sabíamos que había un tema de 'Fair Play'", declaró el catalán.
Y si ese es el pensamiento del vestuario blaugrana, ¿esa es la confianza en el fichaje 'estrella' junto a De Jong este verano? Piqué confesó que estaban dispuestos a ayudar al FC Barcelona para que el brasileño volviera al Camp Nou. "La relación con el presidente siempre ha sido muy buena. Nosotros, abiertamente, le dijimos que en vez de cobrar lo que teníamos que cobrar el primer año, lo pasáramos al segundo, al tercero o al cuarto para que Neymar pudiera entrar si este es el problema", añadió el central.
El barcelonismo celebró que su estrella, Leo Messi, brillara de nuevo en el encuentro ante el Valladolid para sumar una nueva master class en su expediente, mientras asistió a una nueva representación de la invisibilidad que a veces padece Antoine Griezmann.
El ha descubierto de forma rauda que en el Barcelona no es un intocable y que los galones, más que ganárselos, se los tienen que conceder. No es un caso nuevo, ya que otras estrellas de renombre cuando se enfundaron la azulgrana debieron pasar por el mismo proceso en temporadas anteriores, en las que Messi y sus socios han acabado siendo los que mandan en el campo y los que deciden a qué se juega en el césped, y con quién se cuenta.
No es la primera vez que Griezmann ha jurado en arameo cuando en una ocasión franca se ha convertido en invisible, cuando él era el jugador en mejor posición para recibir el esférico, y ha acabado siendo obviado. El martes le llegó a recriminar a Semedo en el 83 que no le echase el balón a sus pies cuando era lo más factible, después de que éste se estuviese moviendo por la zona sin que el francés fuese visto por los suyos.
Ya en el tramo final, Messi se la jugó sólo en la frontal, cuando quizá lo más razonable hubiese sido echar el balón a la izquierda donde estaba Griezmann sólo para poder encañonarlo y buscar el 6-1. El argentino perdió el balón en el intento de remate. En esta ocasión, a Griezmann ni se le pasó por la cabeza no sólo recriminar la ausencia de pase, si tan siquiera se atrevió a poner cara de desesperado.