El FC Barcelona se midió este martes al Slavia de Praga en el Camp Nou en la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions League. El cuadro azulgrana no fue capaz de derrotar al, en teoría, rival más débil del grupo, y dio continuidad a las malas sensaciones que llevan acosando al equipo azulgrana desde hace ya varias semanas.
Obviamente hay varios aspectos a criticar en cuanto al Barcelona se refiere, y quizás uno de ellos debiera de ser el hecho de que el equipo catalán no lograra sobreponerse a un rival con un presupuesto escandalosamente inferior y difícilmente comparable en cuanto a dimensiones se refiere al equipo de Ernesto Valverde.
Y quizás el punto fuerte del campeón checo fue el debe del Barça. Trpisovsky, entrenador del este martes rival azulgrana, ha sido capaz de convencer a sus jugadores de su plan, de sacar lo mejor de futbolistas menores técnicamente que sus rivales en esta Champions pero que creen a pies juntillas en lo que hacen a base de un trabajo que los tiene como el equipo que más kilómetros ha recorrido en lo que va de fase de grupos de esta competición. Este último dato pese a no garantizar resultados sí que es un seguro de vida para los aficionados del Slavia de Praga de que no habrá goleadas en contra.
Y es que, espoleados por el mal sabor de boca que dejaron recientemente la visita a Praga y Valencia, no era difícil esperar una goleada del equipo entrenado por Ernesto Valverde, pero el equipo checo fue plenamente consciente de inicio a fin de cómo tenía que contener a su rival y de en qué momentos y de qué manera podría intentar hacerles daño. Pese a que no consiguió anotar tampoco concedió manteniéndose vivo en un grupo en el que en agosto pocos les daban opciones ni siquiera de ser terceros
Claro está que el Barcelona debía vencer este martes, e incluso que debería haber goleado, pero tuvo delante a un rival bien trabajado y que no cambió su planteamiento pese a haberse desplazado al Camp Nou. Y cuando eso pasa, Ernesto Valverde está demostrando que sólo es capaz de obtener un resultado positivo cuando sus mejores jugadores están entonados y se asocian entre si. Este martes queda claro que no fue ese día y no contó con ese duende que sí hizo su aparición en la capital checa hace algunas semanas.
No es fácil dejar al Barcelona a cero en Europa como local (no sucedía desde abril de 2017) y el Slavia de Praga lo ha conseguido con total merecimiento. Goliath esta vez sucumbió en el juego... y también en el resultado, no como en la tercera jornada.