Leo Messi no se muerde la lengua y no tiene problemas en señalar al punto débil del Barça. Ese es el lateral derecho, una posición en la que carecen de un especialista desde que se marchó Dani Alves. Desde entonces, han estado buscando un sucesor digno para el brasileño, sin éxito alguno. En las grandes citas, se notan las carencias y, de esta manera, es complicado ganar la Champions League.
Nelson Semedo es el titular para Ernesto Valverde, pero lo cierto es que tampoco convence. Ofensivamente aporta su granito de arena, aunque tampoco es mucho. Y defensivamente es poco fiable. Sergi Roberto, por su lado, es tres cuartos de lo mismo, o incluso podemos decir que peor. Por último, un Moussa Wagué que no cuenta y puede salir cedido para que coja experiencia.
Reforzar el flanco diestro es una prioridad para el argentino y ya se lo habría comunicado a la directiva. Y tienen un nombre encima de la mesa que gusta especialmente, el de Joshua Kimmich. El internacional alemán es el jugador que más convencer al capitán culé, que pide un esfuerzo. Le ve como una apuesta segura y un jugador de completas garantías.
No en vano, muchos le sitúan como el mejor del planeta en su puesto, junto con Trent Alexander-Arnold. Y no solo eso, si no que aportaría una gran experiencia, a sus 24 años. También polivalencia, ya que puede jugar tanto como central, como lateral, como pivote defensivo e interior.
Eso si, no será sencillo sacarlo del Bayern de Múnich.
En el Allianz Arena no son proclives a traspasar a sus estrellas, y menos, a un precio aceptable. Por el ex del Stuttgart o del RB Leipzig no dudarán y pedirán más de 80 millones de euros. Es la cifra que consideran justa por un jugador llamado a ser el próximo Philipp Lahm.
En el Camp Nou tocará rascarse los bolsillos si quieren ver a Kimmich vestido de azulgrana. Intentarán meter a Philippe Coutinho en la operación, pero no será fácil.
Problemas.