Los Mossos d'Esquadra están convencidos de que El Clásico entre el FC Barcelona y el Real Madrid del próximo miércoles 18 de diciembre se podrá jugar con normalidad, pese a la protesta convocada por la plataforma Tsunami Democràtic tanto en el exterior como en el interior del Camp Nou.
Tsunami Democràtic, investigada por la Audiencia Nacional en una causa por terrorismo, ha convocado a través de las redes sociales una concentración en las afueras del Camp Nou el próximo miércoles, horas antes del inicio del clásico, además de otras acciones no detalladas en las que participarían espectadores del partido, para protestar por la condena a la cúpula del procés.
Según han informado fuentes de los Mossos d'Esquadra, la policía catalana prepara un amplio dispositivo para este partido de alto riesgo (como todos los Barça-Madrid) con el convencimiento de que el encuentro se jugará con plena normalidad, porque no han detectado ningún elemento objetivo que les lleve a pensar lo contrario.
Los Mossos consideran que no habrá problema para garantizar la llegada al estadio del autocar con los jugadores del Real Madrid, ya que asegurar el itinerario desde el hotel hasta el recinto deportivo no comporta ninguna complicación técnica, según las fuentes.
Tampoco prevén que se tenga que modificar de forma sustancial la rutina que acostumbra a seguir el equipo madrileño desde que llega al hotel de concentración hasta que se traslada al Camp Nou, uno de los aspectos que preocupan en el entorno blanco.
Otra cosa son, advierten los Mossos d'Esquadra, los problemas de movilidad que pueden producirse en la zona, por lo que recomiendan a los aficionados que se trasladen al campo en transporte público para llegar al inicio del partido, previsto para las 20.00 horas.
Si ya en los clásicos acostumbra a producirse un colapso circulatorio en los aledaños del Camp Nou, el hecho de que Tsunami haya convocado cuatro puntos de concentración en los alrededores del estadio desde las 16.00 horas puede aumentar las dificultades y que se tenga que cortar el tráfico en algunas vías.
Según las fuentes consultadas, si se detectase algún momento de tensión o de enfrentamiento entre aficionados que van al estadio y activistas independentistas que les quisieran impedir el paso, los Mossos evaluarían la situación para mediar, intervenir y garantizar el acceso al recinto deportivo.
Por el momento, los Mossos d'Esquadra, que activarán el centro de coordinación (Cecor) el mismo miércoles por la mañana, no se plantean establecer un cordón de seguridad en la zona, según las fuentes.
La Policía Catalana está en permanente contacto con el equipo de seguridad de LaLiga Santander y también del Barcelona para coordinarse, ya que en el interior del recinto corresponde al club azulgrana garantizar que todo discurra con normalidad.
Según las fuentes, el Barça se ha mostrado hasta el momento receptivo a todas las recomendaciones que les han efectuado los Mossos d'Esquadra.
Como en todos los clásicos de los últimos años, el dispositivo policial se prepara en el marco de la actual alerta antiterrorista, por lo que se establecerán controles en los accesos para evitar que se entren, entre otros, objetos que se puedan arrojar desde la grada al césped.
Será la seguridad privada del club barcelonista la que se encargará de vigilar, de acuerdo con la normativa interna de LaLiga, que no se entren pancartas ofensivas, que contravengan la ley del deporte o que puedan incitar a la violencia.
Una vez los equipos estén sobre el césped, si se produjese un intento de invasión del terreno de juego por parte de aficionados, sería la seguridad privada del club la que tendría que actuar para restablecer la normalidad, aunque los Mossos podrían intervenir si la situación se desbordara, si bien es un escenario que por ahora no se contempla.
De hecho, en el dispositivo de seguridad no se prevé por ahora la participación directa del refuerzo de los antidisturbios de la Policía Nacional, que sólo actuarían a requerimiento del Cecor dirigido por la policía autonómica.
Los Mossos d'Esquadra ya defendieron en su día que se podía disputar con plenas garantías el clásico previsto inicialmente para el 26 de octubre, días después de que se notificara la condena a la cúpula del procés, si bien LaLiga acordó su aplazamiento por motivos de seguridad.