El perro se comió mis deberes. El despertador no me sonó a tiempo. Profesor, yo no le escuché. Siempre la misma historia: si usted lo contó, yo no me enteré. La película, que tampoco es nueva, del FC Barcelona en el Reale Arena se argumenta fácil: Valverde lo advirtió y su plantilla ni siquiera lo escuchó.
"No debemos perder el tiempo en pensar en El Clásico. Los puntos ante la Real Sociedad en la clasificación de LaLiga Santander valen lo mismo que los del Real Madrid", explicaba el entrenador azulgrana este pasado viernes en sala de prensa. Una advertencia, el ejercicio del workbook que tuviste que copiar cinco minutos antes de que comenzase la clase. No siempre se llega a tiempo.
El FC Barcelona pinchó, como casi de costumbre, en el Reale Arena tras un horrendo inicio de encuentro que, a pesar de las prisas y las cruces mal puestas, no sirvieron para que el ejercicio del cuadernillo de inglés fuese válido.
Con el empate ante la Real Sociedad, el Barça le 'regala', como hizo Ter Stegen a Isak, la primera plaza al Real Madrid antes de El Clásico. Si el conjunto blanco consigue vencer ante el Valencia, llegará líder al Camp Nou y con la moral por las nubes. No te mantienes, te 'toca' la moral y encima le das la tuya al rival.
En un encuentro en el que muchos se han empeñado en portarse como si de un pequeño de diez años se tratase, el FC Barcelona se encargó no sólo de ceder un par de puntos de máxima importancia, sino que dejó que Isak, habitual suplente en la Real, le 'colorease' la cara al once azulgrana ante el 'profe' Valverde.
El ejercicio semanal no se completó y ahora llega el examen: El Clásico espera a un equipo que, más allá de un grosero error arbitral, deberá reaccionar rápido si no quiere, en apenas una semana, pasar de ser líder indiscutible a mirar a su rival desde cinco puntos atrás.