El FC Barcelona solventó por la vía rápida la vuelta de la eliminatoria de octavos ante el Nápoles. El conjunto azulgrana se marchó al descanso venciendo por 3-0. Luis Suárez hizo el tercer tanto del equipo catalán al transformar un penalti cometido por Koulibaly sobre Messi.
El senegalés tenía la pelota controlada y se vio sorprendido por la espalda por Messi. El argentino contactó con el balón y enseguida recibió una dura patada del central al intentar despejar la pelota sin haber visto al rosarino.
Aunque parecía claro, Cuneyt Çakir revisó la acción a través del VAR y finalmente concedió la pena máxima.