El FC Barcelona consiguió anotar su tercer tanto este sábado ante el Real Betis aprovechándose de un claro penalti cometido por Mandi que, de forma increíble, tuvo que ser revisado por el VAR: Messi no perdonó.
Lanzaba Dembélé a placer cuando Mandi, en la línea, sacaba el balón. La protesta era múltiple, pero el árbitro decía que no había nada. Tuvo que ser el VAR el que le recomendase ver la acción para, posteriormente, pitarla.
Desde los once metros Messi no perdonó y anotó un auténtico golazo para poner el 3-1 en el marcador.
Por si su asistencia y el penalti anotado fuesen poco, Leo Messi consiguió romper la maldición del gol-jugada este domingo al anotar el cuarto tanto azulgrana tras un taconazo de Sergi Roberto.
Sin piedad, superó a Bravo y 'rompió' la red.