El gran tirano de LaLiga Santander en los últimos 15 años, el FC Barcelona, se enfrenta a la nueva temporada en estado de shock tras la marcha abrupta del mejor jugador de su historia, Leo Messi, en un escenario solo apto para supervivientes.
La salida definitiva del capitán a poco más de una semana para el debut liguero sorprendió a propios y extraños y no por las causas económicas, sino por el hecho de perder al máximo goleador de la historia del club (627 tantos), y al principal artífice de sus 10 últimos entorchados del torneo de la regularidad (levantó 35 trofeos en total como azulgrana).
Sin contar con el argentino por primera vez en 16 temporadas, el Barça deberá encontrar nuevos líderes tanto en el vestuario como en el campo, algo especialmente complicado con una plantilla insuficiente en la última temporada y un mercado veraniego copado por saldos ante la falta de solvencia financiera.
Llegaron libres al equipo catalán el central Eric García, sin apenas experiencia en la élite, y el delantero Sergio Agüero, con más experiencia que energía en las piernas.
También lo hizo Memphis Depay, pero con una situación bien distinta: el neerlandés, en el clímax de su carrera, está llamado a ser uno de los hombres importantes en el ataque para paliar la ausencia de Messi.
El cuarto fichaje del verano fue el lateral derecho brasileño Emerson Royal, incorporado del Betis por 9 millones de euros, un carrilero que cuenta con experiencia en LaLiga pese a sus 22 años de edad y que podría dar una bocanada de aire fresco al flanco derecho del equipo de Ronald Koeman.
El capítulo de bajas tampoco ha sido fácil para el Barça, pues no ha conseguido dar salida a varios futbolistas con los que el cuerpo técnico cuenta poco o nada y que tienen un alto salario, como por ejemplo Miralem Pjanic o Samuel Umtiti.
Los que sí salieron, además de Messi, fueron el despedido Matheus Fernandes y el extremo portugués Francisco Trincao, cedido al Wolverhampton inglés con una opción de compra de 30 millones de euros.
El Barça también cerró las ventas del defensa Jean Claire Todibo al Niza (8,5 millones + 7 en variables), del delantero Konrad de la Fuente al Olympique de Marsella (3 millones), del lateral Junior Firpo al Leeds (15 millones) y del centrocampista Carles Aleñá al Getafe (5 millones).
A la espera de más movimientos de fichas, muy condicionados por la delicadísima situación económica del club, Koeman cuenta con pocas caras nuevas para afrontar la salida de Messi y mejorar lo cosechado en la pasada campaña, con un título de Copa del Rey y un tercer puesto en LaLiga, tras el Atlético y el Real Madrid.
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— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) August 9, 2021
En este complejo escenario, el técnico neerlandés debe encontrar soluciones en su fondo de armario exprimiendo a veteranos de la talla de Piqué o Busquets, nuevo primer capitán, y potenciando a talentos como Pedri y Ansu Fati, si es que el joven extremo consigue recuperar su nivel tras más de ocho meses lesionado.
La responsabilidad goleadora recaerá en el recién llegado Memphis Depay y en el siempre discutido Antoine Griezmann, quien pasó en menos de un mes de estar en la rampa de salida a centrar todas las miradas en la delantera.
Hasta el momento y con lo visto en la pretemporada, el neerlandés y el francés prometen una asociación fructífera, aunque su encaje táctico todavía protagonizará varias charlas de Koeman con su almohada.
Así, el primer Barça sin Messi deberá trazar un manual de supervivencia con la experiencia de los eternos veteranos, el talento y la ambición de los jóvenes y el nuevo liderazgo de las estrellas cobijadas hasta ahora bajo la estela del '10' argentino.