Hay fichajes que son difíciles de comprender. En el FC Barcelona, por desgracia, hay varios casos en los últimos años. Uno de ello es el de Alex Song, que aterrizó en el Camp Nou a cambio de 20 millones de euros en verano de 2012 y cuyo paso por el cuadro blaugrana no tuvo demasiado éxito.
Ahora, el propio jugador ha admitido que llegó al Barça para "calentar banquillo" y movido únicamente por el tema económico. En una charla con su compatriota Pascal Siakam, el centrocampista deja varios titulares cuanto menos llamativos.
"Cuando el Barcelona me ofreció un contrato y vi cuánto ganaría, no lo pensé dos veces. Sentí que mi esposa y mis hijos deberían tener una vida cómoda una vez termine mi carrera", reconoce Song, cuyo fichaje estuvo claramente motivado por su salario.
De hecho, el jugador llega a reconocer que ya le avisaron de que no tendría demasiadas oportunidades. "Conocí al director deportivo y me dijo que no jugaría muchos partidos, pero no me importó. Sabía que ahora me haría millonario. No me importaba una mierda ser un calientabanquillos en el Camp Nou por el dinero que ganaba", dijo.
Alex Song se acabó marchando cedido apenas un año después al West Ham. Dos cesiones consecutivas que acabaron con su marcha al Rubin Kazan cuando acabó su contrato. Todo ello tras causar unas sensaciones muy buenas en el Arsenal, donde admite que no administraba bien su dinero.
"La mayoría de futbolistas viven más allá de sus posibilidades. Estuve en el Arsenal durante ocho años, pero solo comencé a ganarme la vida en los últimos cuatro, cuando me di cuenta de lo que era un desperdicio", dijo.
Otra de las anécdotas llega por su coche y por intentar copiar a Thierry Henry. "Iba a entrenar y veía a Henry aparecer con una verdadera joya de coche. Me dije a mí mismo que quería el mismo coche a toda costa. Fui al concesionario y me compré el mismo, pero juro que tuve que devolverlo a los dos meses. Todo mi dinero se estaba yendo en gasolina".