Le costó al FC Barcelona romper el muro de hielo del Alavés hasta que llegó el gol de Frenkie de Jong. Fue ya en el minuto 87 cuando el conjunto azulgrana consiguió batir a Pacheco gracias a una gran jugada culé, la mejor del partido.
Jordi Alba recortó hacia dentro y se sacó un pase con la derecha, su pierna mala, que rompió a la defensa vitoriana. Ferran Torres entró solo y recibió el balón para, de primeras, regalarle una pelota que Frenkie de Jong terminó introduciendo al fondo de la red. Su celebración estuvo cargada de rabia ante las críticas que ha recibido últimamente.