Pablo Torre comenzó siendo una de las grandes revelaciones del Barça durante la pretemporada. En sus primeros entrenamientos consiguió llamar la atención de Xavi Hernández por su increíble calidad individual y su visión de juego, y en los amistosos que disputó también dejó muy buenas impresiones.
Así que muy poco tardó en comenzar a generar expectación entre la afición. Veían en él a un nuevo caso Pedri González, pues también llegó siendo un desconocido, y a un precio bastante razonable, de cinco millones de euros. Joan Laporta y Mateu Alemany no se lo pensaron, y se adelantaron al resto de admiradores que tenía el mediapunta nacido en el año 2003, entre los cuales también de encontraban el Real Madrid o el Villarreal.
Pablo Torre, en un amistoso con el Barcelona (Foto: Cordon Press).
No lo iba a tener sencillo para asentarse en el Camp Nou, pero la joya cántabra confiaba en aprovechar sus minutos, y tener oportunidades como revulsivo o como miembro de rotación. Lamentablemente, ya le comunicaron hace unas semanas que difícilmente podría tener continuidad, y la opción de quedarse en el primer equipo está bastante complicada.
Aún ni ha entrado en ninguna convocatoria, y lo más probable es que se tenga que conformar con tener ficha del filial, jugando en Primera RFEF, una categorías que el año anterior ya demostró que se le quedaba muy pequeña. Porque como señala el diario 'Sport', su salida a préstamo está descartada.
La posibilidad de que se marche al Racing de Santander, donde ha desarrollado toda su carrera deportiva hasta marcharse a la ciudad condal, ha perdido fuerza en las últimas horas. Allí podría curtirse en la siempre exigente Liga SmartBank, y ganar experiencia para regresar en un futuro cercano a la plantilla que dirigeXavi, pero el técnico egarense parece preferir vigilar su progresión de cerca, aunque hoy por hoy no entre en sus planes.
Torre, que tuvo minutos en el amistoso contra el Manchester City, puede ser uno de los nombres propios en la recta final del mercado culé.