113 millones de euros. Esa es la increíble cantidad que el Barça ha malgastado en las incorporaciones de Raphinha y de Ferran Torres, dos jugadores que actualmente tienen un papel secundario, y que no entran en los planes de Xavi Hernández. Han ofrecido un rendimiento realmente pobre y discreto esta temporada, aunque sin duda el caso más preocupante es el que tiene como protagonista al internacional español, que ya lleva un año en el club.
Además, fue una petición personal del técnico de 43 años recién cumplidos, que estaba seguro de que aportaría mucho y daría un salto de calidad a la plantilla. Poco tardaron en aparecer las primeras críticas, y no ha sido capaz de despejarlas. De hecho, cada vez han ido a más, pues no ha mejorado ni un ápice sus prestaciones, e incluso se puede decir que las ha empeorado. Está lejos de ser importante, y mejor ni hablemos de marcar las diferencias.
Por parte del ‘22’, fue una obsesión de Joan Laporta y de Mateu Alemany. Decidieron firmarle pese a tener efectivos de sobra en el ataque, y no tenían ninguna duda de que tendría un impacto inmediato, y se consolidaría como una pieza indispensable en los planes del entrenador. Sin embargo, su futuro empieza a ser un tema de debate, y se rumorea seriamente con su salida a final de curso, en caso de que siga pasando tan desapercibido como hasta ahora.
Como cuentan en ‘Don Balón’, el grado de descontento y de insatisfacción que tienen en el Camp Nou con ambos es tan grande, que incluso han empezado a plantearse la opción de traspasarlos. Saben que no se antoja una misión sencilla recuperar el dinero que pagaron por Raphinha y por Ferran, pero en caso de mantenerlos en el equipo, corren el riesgo de que se devalúen todavía más. Lo que es seguro es que no se irán en este enero.
Para empezar, porque no han llegado ofertas, y segundo, porque Xavi no quiere que haya más salidas después de haber dejado marchar a Memphis Depay al Atlético de Madrid.