El triunfo del Barça ante el Oporto (2-1), que le abre las puertas a los octavos de final de la Liga de Campeones, deja cinco buenas noticias para los azulgranas y tres dudas. De la reivindicación de Joao Cancelo y de Joao Félix con sus goles a un nuevo encuentro en el que el juego culé dejó dudas.
La victoria europea del Barcelona ante el Oporto tuvo un valor más allá de la clasificación para octavos de final -algo que no había conseguido en los dos últimos años-, y es que los de Xavi Hernández han ganado tranquilidad y, además, 12,4 millones de euros en noventa minutos.
El triunfo en los partidos de la Liga de Campeones está valorado por la UEFA en 2,8 millones de euros, a los que hay que añadir 9,6 millones de euros más por el pase a los octavos de final.
En total, desde el inicio del curso europeo, los azulgrana han ingresado 70,55 millones, porque a los 12,4 millones hay que añadir 58,15 más (34,11 por el ránking; 15,64 por jugar la Liguilla y 8,4 millones por las victorias en Oporto y frente al Shakhtar y el Amberes en casa).
La irrupción de Joao Cancelo fue determinante. Anotó el empate, dos minutos después de que Oporto se adelantara en el marcador, y sirvió el 2-1 a su compatriota Joao Félix. Pero más allá de ello, fue el amo y señor de la banda izquierda, demarcación en la que actuó. Desbordó a todos los marcadores y, además, estuvo bien posicionado en defensa, uno de sus puntos débiles.
Juega poco, pero respondió a lo que se espera de un suplente de portero del Barça: que cuando se le necesite, esté a su mejor nivel e Iñaki Peña estuvo espléndido. Encajó un tanto, pero salvó a su equipo en múltiples ocasiones. Además, inició el juego desde atrás con el pie.
Puso Xavi Hernández a Araujo, Kounde e Iñigo Martínez en la misma alineación para darle consistencia defensiva y en parte lo consiguió. El francés es el que estuvo peor de los tres, con errores en la salida del balón, pero tanto Araujo como Iñigo Martínez lo bordaron. El uruguayo fue el corrector de siempre e Iñigo, una apuesta de Xavi Hernández, se está afianzando como un jugador de grandísimo nivel.
Después de un prometedor inicio de temporada, a Joao Félix se le veía ansioso. Hasta cuatro remates suyos se habían topado con los palos y no marcaba, no lo hacía desde hacía un par de meses. El portugués si quitó la espina y anotó un gol importante. Antes había disparado nuevamente al travesaño. El domingo tendrá una cita importante ante el Atlético de Madrid, el equipo que lo tiene en propiedad.
Disponer de una tripleta formada por Frenkie de Jong, Ilkay Gundogan y Pedri González tendría que ser sinónimo de control de juego y de dominio de la situación, pero no es así. A de Jong y Pedri, que salen de lesiones largas, les cuesta y el alemán acumula demasiados minutos. De Oriol Romeu, no hay noticias.
El polaco no está en su mejor momento. Está lento de movimientos y poco clarividente. Además, no dispone de servicios de sus compañeros para lucir en el área pequeña, allí donde hace más daño.
Algunos sectores del barcelonismo ya han empezado a cuestionar la figura de Xavi Hernández. Por eso el partido ante el Oporto era determinante. El triunfo le da aire, mientras recompone el dibujo de su equipo que ante el Oporto, y durante muchos minutos del primer tiempo, anduvo perdido en el juego.