La relación entre Joan Laporta y Xavi Hernández está más tensa que nunca. A diferencia de la temporada pasada con la conquista de títulos, la posibilidad de hacer un año en blanco es cada vez más real, una situación que pondría fin a la etapa del técnico catalán. Una falta de confianza de la directiva al cuerpo técnico que ve como el equipo ha perdido dos títulos en apenas dos semanas: primero fue la dolorosa goleada en la final de la Supercopa de España y ahora con otro más en la Copa del Rey.
No podía haber arrancado peor este 2024 para el Barça y los de Xavi. Después de una mala tendencia respecto al juego del equipo, los azulgranas tenían la oportunidad de callar bocas pero los resultados no podían haber sido peores en este mes de enero.
Con la Liga casi imposible y la Champions League como una competición por encima del nivel actual de la plantilla, todas las miradas se dirigen a las palabras de Xavi después de perder la final en Arabia Saudí contra el Real Madrid, fecha en la que se autoimpuso ganar algún título para seguir en el cargo más allá de la presente temporada: "Lo dijo el presidente, si no se consiguen títulos habrá consecuencias".
Unas declaraciones que han cogido fuerza en las últimas horas después de un gesto que no está acostumbrado a hacer Joan Laporta cuando su equipo pierde títulos.
El presidente culé no bajó al vestuario para animar a Xavi y a los jugadores tras terminar el partido en San Mamés. Un gesto que contrasta cuando Laporta dio una charla en la previa del partido copero ante Unionistas en la Ciutat Esportiva. Incluso también difiere cuando animó al Barça tras caer en la prórroga de la Supercopa de España en 2022 ante el Real Madrid, mostrándose orgulloso de la imagen del equipo.
Sin embargo, según hemos podido saber en ElDesmarque, Joan Laporta prefirió esperar en el bus para consolar al equipo, especialmente a Lamine Yamal que se mostraba con ojos llorosos después de haber fallado dos ocasiones claras en el partido.
El Barça está cada vez más roto con el paso de las semanas. Actualmente solo le queda la Liga y la Champions para salvar la campaña, dos títulos muy complicados de ganar teniendo en cuenta las circunstancias en las que se encuentra el equipo.
El equipo no está dando el rendimiento esperado y los fichajes del pasado verano apenas han influido para que el Barça vaya a mejor, incluso, se habla de una involución en el juego. La sensación es que Xavi vive sus últimos meses al frente del proyecto azulgrana, incluso él mismo lo confirmó en la rueda de prensa en La Catedral: "Si no estamos al nivel de competitividad al final de temporada, lo normal es que me tenga que marchar", sentenció.