En una semana en la que se está hablando de las protestas por la amarilla a Valverde y la segunda tarjeta perdonada a Vinicius, el ex árbitro Alfonso Pérez Burrull ha abierto el debate sobre la presión que ejercen los grandes. Lo hizo en Radio Marca recordando un momento incómodo que vivió durante un Real Oviedo-Barcelona de la temporada 1997-98. El hoy técnico del Manchester City, Pep Guardiola, le lanzó una amenaza tras expulsar a Fernando Couto. Un encuentro en el que también el entonces mediocentro recibió una cartulina roja.
Todo comenzó a partir de las declaraciones de Christantus Uche, futbolista del Getafe, en las que criticaban a los árbitros españoles. A lo que el excolegiado Pérez Burrull señaló que eran desacertadas porque "nadie debería decir si alguien es bueno o malo si no lo ha hecho nunca". "Es como si digo que el futbolista es malo, si no he jugado nunca", advirtió.
En ese momento tuvo una pequeña charla en directo con David Barral en la que el exfutbolista le hacía ver su pensamiento de la diferencia entre equipos grandes y pequeños. "En mi época me daba cuenta de que era más fácil sacarle una tarjeta a un futbolista del Levante que a uno del Real Madrid, comentó el exfutbolista. "Yo con eso no estoy de acuerdo, vaya por delante", expuso Pérez Burrull, añadiendo que es lo que intentan los árbitros, "no hacer un agravio comparativo".
Tras volver el exjugador andaluz con su idea de que "el listón de las protestas de un equipo grande es mayor que el de un equipo pequeño", el excolegiado recordó que su primera expulsión ante el Real Madrid fue a Fernando Hierro, al Barcelona a Pep Guardiola y al Atlético de Madrid a Kiko. "Porque tu sí que veías que, a veces, los equipos grandes te veían de rookie' y tenías que enseñar los dientes y tenías esa sensación de que te querían avasallar un poco más", desveló.
En ese momento recordó la anécdota que le sucedió con el hoy técnico del Manchester City. "A mí me dijo Guardiola, 'tú te vas a enterar de lo que es el Barcelona", recordó, en un encuentro frente al Oviedo en una temporada 1997-98, que el arbitro llevaba "cuatro o cinco partidos en Primera". Aquel encuentro recuerda que le estaba saliendo mal, "acababa de aterrizar". "Tuve un penalti y expulsión a Couto, central del Barça", expuso, porque el zaguero pensó que señalaría la pena máxima y cogió el esférico con las manos. Él no había pitado, con lo cual fue segunda amarilla y expulsión.
En ese momento hizo un parón a la historia y señaló que "el equipo grande te empieza a poner mucha presión porque no solo a nivel arbitral, sino de equipo se sienten más protegidos, con más repercusión mediática y estaba pitando mal". Fue entonces cuando Pep Guardiola, que estaba calentando y nada más salir le hizo una advertencia. "Tú te vas a enterar de lo que es el Barcelona, no se me olvidará", expuso, añadiendo que tras dos faltas señaladas le mostró dos amarillas. "Pensaba, no se si estoy metiendo la pata, pero no me voy a dejar avasallar", continuó diciendo.
Esa sensación que reconoce que los jugadores de los equipos que no eran tan grandes no se la producían nunca. "También el jugador es más humilde", explicó. Como ejemplo, puso diferentes momentos en los que David Barral se molestaba con él, el árbitro le respondía y el jugador "le entendía".
Cabe destacar que aquel partido no pudo emitirse por negarse el Real Oviedo a su retransmisión y uno de los jugadores que hablaron tras el choque, Luís Figo, tildó el encuentro de "robo".