El Barça goleó en casa a uno de sus mayores enemigos, el Bayern de Munich. El equipo de Hansi Flick dio una muy buena versión ante los alemanes. Se esperaba mucho tras un gran comienzo de temporada, pero era esta una prueba de nivel. Joan Gaspart al término del partido habló para ElDesmarque.
El que fuera presidente de la institución culé habló de cómo ve al actual Barça. "Noche completa. Hemos hecho un partidazo", comenzaba diciendo. Gaspart resalta sobre todo el cómo. "Las formas y las ganas... Estos niños disfrutan ganando y jugando bien".
El expresidente resalta sobre todo el cambio de rumbo que ha dado el equipo en los últimos meses y destaca La Masía.
Joan Gaspart afronta con mucha ilusión el Clásico y le da igual ganar por goleada o por 0-1 en el último minuto.
En la montaña olímpica se respiraba el ambiente de las grandes noches europeas desde horas antes del inicio. Una atmósfera mágica que todavía no se había vivido desde el traslado del equipo a Montjuïc y forjada en la confianza que se ha ganado a pulso el Barça de Flick.
El conjunto azulgrana va como un tiro y se enfrentaba a su primera gran prueba de fuego en un partido lleno de simbolismo también para el técnico germano, que consiguió para el Bayern el histórico sextete en 2020, con el 2-8 con el que eliminó al Barcelona de la 'Champions', como resultado icónico.
El partido se le puso rápidamente de cara al Barça. Raphinha abrió puerta en el primer minuto. El brasileño dribló a Neuer y envió el balón al fondo de la red. Avisó Keane a los diez minutos cabeceando a gol un centro desde la banda derecha de Müller, pero el colegido esloveno Slavko Vincic lo anuló por fuera de juego.
Ocho minutos después, el '9' británico volvía a perforar la portería de Iñaki Peña, esa vez en posición correcta y con un volea acrobática en el segundo palo tras un centro de Gnabry desde la izquierda.
De nuevo, un Raphinha en estado de gracia controlaba un desplazamiento de cuarenta metros de Casadó para asomarse al vértice del área, encarar a Guerreiro y Upamecano y soltar un zapatazo con rosca al segundo palo de Neuer y desatar la locura en el Lluís Companys, que empezaba a corear su nombre.