Quedan cuatro jornadas para que la campaña 24/25 de LALIGA llegue a su fin y el FC Barcelona ya ha sacado la calculadora para ver cuando puede proclamarse campeón del torneo. La remontada ante el Real Valladolid el pasado sábado mantuvo intacto su favoritismo, que tratará de transformar en un título en los próximos partidos.
El siguiente compromiso para los culés no es otro que un Clásico, un duelo ante el Real Madrid en el que podría quedar totalmente decantada la carrera por el triunfo liguero. Con cuatro puntos de diferencia, los de Hansi Flick podrían sentenciar la pelea y quedarse a un solo encuentro de asegurarse ser primeros.
Y es que si el Real Madrid no consigue al menos puntuar en el Estadio Olímpico de Montjuic, el FC Barcelona podría 'cantar el alirón' en la jornada 36, en la que visita al Espanyol en el derbi de la Ciudad Condal. Eso sí, ese partido ¡podría jugarse a puerta cerrada!
Y es que el RCDE Stadium, que albergó este domingo el RCD Espanyol - Real Betis, lleva desde octubre advertido de una posible clausura en caso de que se produjesen en su interior incidentes con el público. Tras el gol de Antony que significó el 1-2, se produjeron lanzamientos de objetos, pero todo se remonta a hace unos meses.
El pasado 26 de septiembre, al finalizar el Espanyol - Villarreal, el árbitro del encuentro, Quintero González, recibió en su pecho el impacto de un vaso por parte de un espectador que fue localizado e identificado por la seguridad del club. Unos día después, el Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol impuso una multa de 3.000 euros al club por "alteración del orden del encuentro de carácter grave" y le apercibió de que en caso de que se repitiese un hecho similar a lo largo de la temporada, el recinto podría quedar clausurado durante alguna jornada.
Recuperando la actualidad, en el tiempo de descuento del partido ante el Betis, Adrián San Miguel avisó a Cuadra Fernández, colegiado del choque, de que desde la grada habían lanzado algún objeto.
Terminaron siendo tres los mecheros identificados, tal y como se puede leer en el acta que se publicó varias horas después del encuentro. "El lanzamiento se produjo desde la grada ubicada detrás de la portería que ocupaba el portero visitante, donde se encontraban aficionados del equipo local, identificados por la indumentaria, emblemas y cánticos en favor de su equipo a lo largo del encuentro”.
Los artefactos no ocasionaron ningún daño físico, el protocolo se activó y el choque se pudo completar con total normalidad, pero ahora lo que está en riesgo es la presencia de público en el Espanyol - Barça del próximo 15 de mayo.
El derbi catalán podría llegar en una situación muy parecida a la del último celebrado en el RCDE Stadium: con el Barça con la posibilidad de convertirse en campeón.
En mayo de 2023, el cuadro entonces dirigido por Xavi Hernández celebró en 'tierras' enemigas el título después de ganar por 2 a 4. Y mientras los jugadores festejaban el campeonato, el público protagonizó una invasión de campo que terminó con una sanción para el club blanquiazul -y un partido a puerta cerrada, el primero de la temporada siguiente, ante el Racing de Santander-.