Ángel Rodríguez vive una etapa feliz en el Getafe. A sus 30 años, el delantero del conjunto madrileño ha tardado una eternidad en disfrutar del fútbol de Primera División. En cuatro días mágicos ha conseguido tener más focos apuntando a su figura que en una década como profesional.Juan José Lahuerta
La culpa la tienen los tres goles que ha marcado en sólo dos partidos. Ante el Villarreal, este domingo, con un doblete, y contra el Celta, el pasado jueves, con un tanto que sirvió a su equipo para sumar un punto en Balaídos (1-1), disfrutó de dos jornadas especiales para el ariete canario.
Ángel es uno de esos jugadores que tiene cualidades para triunfar y que de extrañamente no ha conseguido cuajar en Primera División. Todo lo contrario que en la categoría de plata del fútbol español, en la que ha llegado a marcar 74 dianas e incluso rozó el trofeo de máximo anotador el curso pasado. Con 21 tantos, se quedó a sólo un gol de Roger Martí.
Pero todos esos éxitos que ha tenido en Segunda se le han resistido en Primera. Y no es porque no lo haya intentado. Antes de firmar por el Getafe este verano, formó parte del Tenerife, del Levante y del Eibar para jugar cuatro temporadas en la Liga.
Sin embargo, las estadísticas arrojan poca confianza de sus entrenadores. Aunque ha participado en 62 partidos de Primera División, sólo en 10 fue titular y únicamente en 2 consiguió jugar los 90 minutos sin ser sustituido. En total, antes de fichar por el Getafe, contabilizó 5 goles.
En el Getafe, hasta este domingo, seguía con esa dinámica. En las cinco jornadas previas al choque ante el Villarreal, fue suplente en todas. Apenas disputó 60 minutos y siempre saliendo desde el banquillo. La última vez que lo hizo, marcó un tanto muy valioso para el Getafe en el estadio del Celta.
Tal vez por eso, su entrenador, José Bordalás, decidió por fin hacerle un hueco en el once titular. Incluso cambió el 4-2-3-1 habitual en el que el intocable Jorge Molina era el único delantero para jugar con un 4-4-2 y Ángel tuvo contra el Villarreal una oportunidad de oro.
Era su undécimo partido como titular en toda su historia en Primera División y no defraudó a su entrenador. Primero, se encargó de abrir el marcador con un remate de cabeza en el minuto 53 y, después, en el descuento, volvió a marcar para cerrar un 4-0 con el que el Getafe cogió impulso en la clasificación.
Rápido y habilidoso, Ángel ha sido carne de banquillo en Primera División. Ahora, Bordalás tiene a un jugador motivado que en la próxima jornada pedirá de nuevo su sitio en su alineación. Riazor podría ser el estadio en el que intentará volver a reivindicarse para mantener la confianza de su técnico.
"Estamos muy contentos y a nivel personal también porque he marcado dos goles. Pero sobre todo estoy feliz por la victoria porque se nos escapó en los otros dos partidos que disputamos en casa contra Sevilla y Barcelona", dijo Ángel después de su doblete al Villarreal.
Esa es una de las cualidades de Ángel. Es un trabajador silencioso. No alza la voz si no juega y, cuando lo hace, piensa más en su equipo que en sus números.
El egoísmo del futbolista de querer jugar más minutos lo lleva por dentro. Ángel, sin duda, es un jugador que hace grupo y cumple, pero, con 30 años, tras fichar por el Getafe, posiblemente se subió a su último tren con destino hacia el éxito en Primera División. Y no se quiere bajar.