El Girona anunció este jueves que ha alcanzado un acuerdo con el técnico navarro Juan Carlos Unzué para que ocupe la vacante que había en el banquillo de Montilivi desde el adiós de Eusebio Sacristán, motivado por el descenso a la categoría de plata.
Unzué, que se ha comprometido con la entidad rojiblanca por una temporada más otras dos de opcionales en función de objetivos, será, a la espera de la resolución del caso Oikos, el encargado de liderar el Girona en un curso en la que el regreso a Primera será el gran objetivo.
El del exentrenador del Celta de Vigo -que durante este último curso ha visto muchos partidos del Girona desde las gradas de Montilivi porque su hijo Aitor formaba parte del cuerpo técnico de Eusebio como analista- ya fue uno de los nombres que más se relacionaron con el conjunto catalán durante el verano del año pasado, cuando la marcha de Pablo Machín al Sevilla obligó a reformular el proyecto del club.
En este sentido, la apuesta futbolística de Unzué, que estará acompañado por el ya extécnico del Peralada-Girona B, Narcís 'Chicho' Pèlach, Juan Carlos Moreno, Omar Harrak e Iñaki Codinach, representa un punto intermedio entre las ideas de Machín, más basadas en la intensidad, y las de Eusebio, que propone un fútbol más asociativo.
Tras protagonizar una extensa carrera como portero que le llevó a defender las camisetas de Osasuna, Barcelona, Sevilla, con el que disputó más de 200 encuentros en la élite del fútbol nacional, Tenerife y Oviedo; el nuevo técnico del Girona, nació hace 52 años en Pamplona,
vivió su primera experiencia como primer entrenador en la temporada 2010-2011, cuando, tras siete años como entrenador de porteros del Barça de Frank Rijkaard, primero, y de Pep Guardiola, después, aceptó el encargo de un Numancia que finalizó el curso en el décimo lugar de la clasificación de Segunda.
En 2013, después de una última experiencia como preparador de porteros en el Camp Nou, comenzó a ejercer de segundo entrenador de Luis Enrique, primero en el Celta y después en el Barça, con el que alzaron tres Copas del Rey, dos ligas y una Champions League (2015).
En 2017 Unzué volvió a Galicia para coger las riendas del Celta y conducirlo hasta un discreto decimotercer lugar en Primera en la que fue su primera y única, hasta la fecha, aventura como primer entrenador en el máximo nivel del fútbol español.