Una fuerte tormenta eléctrica que se generó a los pocos minutos de comenzar la ceremonia de despedida al legendario toletero de origen dominicano Alex Rodríguez, en su despedida como pelotero de los Yanquis de Nueva York, tuvo que ser acortada.Esta vez la madre naturaleza no quiso colaborar con Rodríguez, de 41 años, al que sólo le pudieron dedicar cinco minutos de ceremonia para que todos los presentes en la misma, encabezados por los familiares que le acompañaron en el Yankee Stadium tuvieron que retirarse de la a subía torrencial que comenzó a caer.
Su excompañero estelar, el ya retirado campo corto Derek Jeter, felicitó a Rodriguez a través de un comunicado en el que lo definió como el jugador de los Yanquis que "vivió y respiró por el deporte del béisbol".
Cuando Rodríguez saltó al Yankee Stadium con su tradicional uniforme del número 13 en la espalda, Rodríguez, recibió una gran ovación por parte de los aficionados, que duró poco porque cinco minutos después se tenían que retirar todos los participantes y los fanáticos al hacer acto de presencia la tormenta.
La breve ceremonia había comenzado con un vídeo corto de tributo a lo conseguido por Rodríguez durante su carrera de 22 años como profesional mientras las nubes oscuras se acercaban para cubrir el cielo sobre el Yankee Stadium.
El vídeo abrió con una dedicación del que fuese su primer piloto en las Grandes Ligas, el latino Lou Piniella, que alabó su clase, su talento, el placer que tuvo de dirigirlo --el mejor de todos-- y de verlo jugar, además de anunciar todos los grandes logros que alcanzó como profesional.
"Fue una experiencia única, pero sobre todo el haber contado con tu amistad", destacó Piniella. "Te deseo que disfrutes al máximo tu nueva etapa de la vida que tanto te mereces".
Piniella acabó su mensaje con un "I love you so much my friend" en inglés para luego decir en un perfecto español: "te quiero mucho mi amigo".
Rodríguez se encontró acompañado en el campo de los familiares más directos como su madre Lourdes Navarro, sus hermanos Sussy y Joe Dunand y sus hijas Natasha y Ella.
Mientras que en las gradas también se encontraban otros muchos familiares y allegados de Nueva York, Miami y República Dominicana, que asisten al partido ante los Rays de Tampa Bay.
Además de los familiares también le acompañaron el legendario Reggie Jackson, el jardinero Didi Gregorious, que acompañó a la hermana de Rodríguez, y el segunda base dominicano Starlin Castro, que lo hizo con su hermano.
Otra de las leyendas del béisbol profesional y latinoamericano como el excerrador panameño Mariano Rivera, que recibió una atronadora ovación por parte de los aficionados, fue el último en salir al Yankee Stadium.
Rivera lo hizo acompañado de las dos hijas de Rodríguez a las que llevó de la mano hasta su padre al que se las entregó y luego le dio un gran abrazo.
Rodríguez sonreía mientras se encontraba al lado de sus dos hijas y de fondo se escuchaban los truenos de la tormenta.
El veterano toletero recibió un uniforme de los Yanquis enmarcado, que le entregó por el dueño de los Yanquis, Hal Steinbrenner y de una base firmada por todos los compañeros del equipo.
Antes que diese comienzo la ceremonia de despedida, un gran número de fotógrafos y camarógrafos se acercaron a la caja de bate cuando Rodríguez comenzó a practicar por última vez como jugador de los Yanquis, el equipo al que llegó en el 2004 procedente de los Vigilantes de Texas con el contrato multimillonario mayor que se había firmado en la historia del deporte profesional de Estados Unidos (210 millones de dólares).
Los Yanquis darán de baja a Rodríguez después que finalice esta noche el partido, pero permanecerá como asesor especial del equipo a partir de la próxima temporada, siempre que no se decida a seguir en la competición activa.
Los Yanquis tendrán que pagarle todavía 27 millones de dólares que le deben del contrato que está vigente hasta el 2017.