Los dueños y peloteros de las mayores ratificaron el martes su contrato por cinco años, el cual contiene nuevas políticas contra las novatadas y el hostigamiento, redactadas por la gerencia de los distintos equipos.El sindicato se abstuvo de impugnar las nuevas reglas, pero las mismas no han caído bien entre la mayoría de los peloteros en activo y exjugadores que las han criticado con dureza a través de las distintas redes sociales.
El consentimiento general es que es ha vuelto a ir demasiado lejos a la hora de eliminar algunas de las tradiciones más arraigadas dentro del deporte del béisbol como las novatadas, que además servían de integración y eran muy beneficiosos de cara al colectivo.
Para muchos peloteros impedir que los novatos sean obligados a vestirse de mujer o a usar disfraces que se consideren ofensivos, derivará en que se pierda "un ritual saludable".
Todos los profesionales han insistido que las novatadas tenían todo menos el objetivo de ofender a nadie, por el contrario mostraban un espíritu infantil y humildad entre los nuevos peloteros de cara a reforzar de inmediato sus vínculos con el resto de los compañeros dentro del equipo.
Sin embargo, ya han amenazado que buscarán el máximo de creatividad para encontrar alternativas, que esta vez serán secretas, pero igual de inofensivas que el uso de ropas incómodas.
Los que más han mostrado su indignación han sido los expeloteros que criticaron no solo la reglamentación sino que han ido demasiado lejos en su contenido al acabar con tradiciones que tienen un gran valor dentro del deportes pasatiempo nacional en Estados Unidos.
Pero para los ejecutivos del béisbol, el asunto va más allá de una sana diversión.
Billy Bean, pelotero de cuadro y jardinero de 1987 a 1995, habló con abogados laborales de las Grandes Ligas mientras se desarrollaban las nuevas reglas.
Bean reveló su orientación homosexual en 1999 y trabaja como vicepresidente de las mayores para la inclusión y la responsabilidad social.
Pero los profesionales insisten que los disfraces de mujer no han sido nunca una manera de hostigamiento, ofender o discriminar, si no todo lo contrario de buscar mayor unidad y tener un poco de diversión.
Algunos ejecutivos de las Grandes Ligas habrían mostrado preocupación de que las fotos pudieran ofender a aficionados y socios empresariales.
Ahora el temor de los peloteros es que se desencadene otra serie de restricciones que vayan más lejos en la prohibición de las costumbres dentro del béisbol profesional, que tiene un nuevo convenio colectivo en vigor y también un frente polémico abierto.