La competición de la Serie Mundial no pudo tampoco escapar a los efectos de la ola de calor que afecta a todo el estado de California y la ciudad de Los Angeles, casa del equipo campeón de la Liga Nacional, los Dodgers, vivió el primer partido ante los Astros de Houston con una temperatura de 39 grados centígrados.Nada de eso impidió que en las gradas del Dodger Stadium, de Chavez Ravine, se diesen cita cerca de 55.000 espectadores que disfrutaron el primer duelo del "Clásico de Otoño", que más bien podía llamarse el nuevo "Clásico de Verano", y que cayó del lado del equipo local que se impuso por 3-1.
El ambiente de fiesta estuvo tanto fuera como dentro del estadio, donde los seguidores de ambos equipos buscaron resistir los efectos del calor y conseguir todo tipo de recuerdos que llevarse a sus casas en lo es la primera Serie Mundial de los Dodgers en 29 años.
De momento, ya es histórica porque nunca antes un "Clásico de Otoño" se había vivido con un temperatura de 39 grados centígrados, que cuando el primer partido concluyó era todavía de 33 grados.
También para el jardinero central Chris Taylor que fue el bateador explosivo y oportuno de los Dogders al pegar cuadrangular y pisar dos veces la registradora.
"Nunca me hubiera esperado algo así al final de octubre y cerca de noviembre", reiteró Taylor. "Así es Los Ángeles y ahora tenemos que disfrutar que hemos logrado la primera victoria".
"¡Todo es caliente en LA!", rugió el cerrador de los Dodgers, el curazoleño Kenley Jansen en tono irónico, después que se llevó el primer rescate. "Los Dodgers están calientes. Todo el mundo está en ebullición. Ha pasado tanto tiempo desde Kirk Gibson".
A pesar de la derrota, los Astros no se sintieron afectados por el calor ya que están acostumbrados también a las altas temperaturas que se dan en Houston durante una gran parte del año, aunque ellos juegan en campo cubierto.
Los Astros también tienen que superar en Houston una humedad que puede ser insoportable para la mayoría de los californianos.
Pero los peloteros están acostumbrados a jugar en todo tipo de clima entre marzo y octubre, y coinciden que es algo que les afecte, además que la mayoría prefiere el calor al frío.
Los más de 54.000 fanáticos de los Dodgers no se vieron vulnerables al calor y lo superaron al ver como su equipo al final hicieron el trabajo que deseaban para conseguir la victoria.
Entre ellos estuvo, el tercera base Justin Turner, que también botó la pelota fuera del parque con el cuadrangular decisivo al romper el empate a 1-1 que se daba en la pizarra en la parte baja de la sexta entrada.
"Me encanta todo lo vivido", señaló Turner, quien nació en la región y viene de compartir con Taylor el premio al más valioso de la serie de campeonato. "Yo prefiero jugar con calor que en la nieve".
Además del calor, el primer partido tuvo como protagonista el recuerdo y homenaje al legado de Jackie Robinson, el primer pelotero afroamericano que jugó en Grandes Ligas con los Dodgers, rompiendo la barrera racial el 15 de abril de 1947 cuando la franquicia llamaba al condado neoyorquino de Brooklyn su hogar.
Irónicamente, el fallecimiento de Robinson, que luchó por la igualdad durante el Movimiento de los Derechos Civiles en las décadas de los 50 y 60, ocurrió un día como hoy hace 45 años.
El martes por la noche antes de que se cantara "play ball" para el Juego 1 de la Serie Mundial en Chávez Ravine, la organización le rindió tributo a Robinson, invitando a la familia del miembro del Salón de la Fama para que realizaran el lanzamiento ceremonial.