Álvaro Morata ha sido uno de los protagonistas de este lunes. El delantero ahora del Galatasaray ha sido implicado por Nicolo Fagioli, centrocampista del Fiorentina investigado por participar en una red de apuestas ilegal, en el negocio de reventa de relojes de lujo.
El centrocampista de la Fiorentina citó en varios mensajes intervenidos al capitán de la Selección Española acusándole de comprar Rolex falsos a través de él. Una acusación que Morata ha negado categóricamente con un comunicado en sus redes sociales.
Tras todo el revuelo, el centrocampista de la Fiorentina también ha emitido un comunicado en el que solicita que cese el señalamiento público que vive estos días y pide perdón a compañeros y amigos que se han visto implicados.
Fagioli, que ya recibió en 2023 una sanción de 7 meses sin jugar en octubre de 2023 por haber apostado en partidos de fútbol, algo expresamente prohibido por la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), reconoció en ese momento su ludopatía y se puso bajo tratamiento médico, además de acudir a charlas en colegios para concienciar a los más jóvenes sobre el peligro de las apuestas.
Sin embargo, cuando todo parecía haber quedado atrás, la Fiscalía de Milán le abrió una nueva investigación al examinar los mensajes privados del teléfono del jugador y descubrir una red ilegal de apuestas en línea en la que participaron, al menos, una docena de futbolistas.
Son esos nuevos mensajes los que en Italia copan la información deportiva en los últimos días por el duro contenido de los mismos, en los que se refleja el momento más oscuro de un jugador que llegó a sumar casi tres millones de euros de deuda con los gestores de la red y que acudió a compañeros y amigos, muchas veces engañándolos, para poder pagarla.
"He pagado mi deuda con la justicia. Con una condena y una inhabilitación, con continuas y justificadas humillaciones, con la vergüenza sentida y con el riesgo de no volver a levantarme", señala en Instagram.
"Conté mi patología", añade, "una patología grave, en los colegios, a mi familia, a mis amigos y a la prensa. Esa misma prensa que a menudo aborda los graves problemas de mi enfermedad y la forma de tratarlos, pero que hoy vuelve a ponerme en la picota. Una vez más. He cargado con el peso de haber hecho algo malo. De haber defraudado a toda la gente que creyó en mí".