Más emoción, imposible. Los cuartos de final de la XXIII edición de LaLiga Promises nos dejaron emoción, diversión, goles, risas, llantos, penaltis y unas semifinales espectaculares: PSG-Inter de Milán (18.30 horas) y Real Madrid-Real Betis (19.10 horas).
El primero cruce lo abrió un emocionantísimo e igualadísimo Villarreal-PSG. Los dos equipos dispusieron de buenas ocasiones, pero la balanza se la llevó el equipo parisino debido a un jugadón individual de Warren Zaire Emery (del que hablábamos aquí). Paco Esteban tuvo una ocasión clara tras un córner y cerca del final Unai estrelló un lanzamiento de falta en el palo. Gran partido y torneo de los futbolistas del submarino amarillo, que no pudieron evitar la desolación tras el pitido final.
El Valencia, uno de los mejores equipos del torneo y que se plantó en cuartos sin conocer la derrota, no pudo con un sólido Inter de Milán, sacó el manual de fútbol italiano y sentenció el partido con un rápido contragolpe que culminó Michele Scienza. Fue su única ocasión del encuentro, pero la supo aprovechar para asegurarse el pase a semifinales. La defensa ordenada del Inter marcó la eliminatoria y dejó fuera a un Valencia que era uno de los mayores candidatos al título.
Real Madrid y Sevilla también jugaron un igualadísimo partido que se decidió en los penaltis. A los 22 segundos se adelantó el equipo blanco. Aitor Bellón puso una pelota en el área para Daniel Gudjohnsen, que no la tocó y terminó despistando a Emilio. Sin embargo, no tardó en reaccionar el cuadro de Nervión, empatando en el 7’ también con algo de fortuna, ya que Leitón metió la pelota en su propia portería al intentar taponar el remate de Íker.
Así, se llegó a los penaltis. Tras anotar los tres primeros cada equipo, José Ángel envió su disparo al larguero y Gudjohnsen acabó batiendo a Emilio y plantando al conjunto madridista en las semifinales.
Prácticamente la misma dinámica que el anterior encuentro tuvo el Real Betis-Espanyol. La única diferencia que aquí se llegó a los penaltis tras terminar el duelo con un 0-0. Allí, en la pena máxima, el conjunto bético cerró su pase a semifinales.
Lo hizo después de imponerse al Espanyol en una impecable tanda de penalti, en la que marcó todos sus goles y en el quinto lanzamiento el portero Álvaro Moreno detuvo el disparo periquito.