El día que el 5-4-1 hizo el silencio en El Madrigal
Lucas Alcaraz ha probado en la presente semana con un sistema en que el eje de la defensa estaba formado por tres futbolistas y dos carrileros muy abiertos. Puede ser una posibilidad que se dé a lo largo del partido, como se encargaron de confirmar David Navarro y el propio entrenador o, quizá, la primera vez que el granadino altere sensiblemente el dibujo de su equipo para intentar sorprender a un Getafe que intentará firmar la permanencia matemática contra el Levante UD. Un sistema, el de cinco zagueros, que le trae muy buenos recuerdos a los granotas.
El único entrenador que, desde el retorno a la máxima categoría, ha utilizado a cinco hombres en la retaguardia, sin contar los partidos de Copa de este año de Alcaraz, fue Luis García en la 2010-11. Fue un 5 de febrero en El Madrigal y, precisamente, el Levante llegaba tras vencer por 2-0 al Getafe en Orriols pero algo no convencía al técnico madrileño pues su equipo, anteriormente, había encajado cinco derrotas consecutivas. Ese día, en territorio amarillo, el ahora preparador del Baniyyas decidió poner colocar cinco futbolistas en la línea de zagueros (Ballesteros, Nano y Del Horno, con Javi Venta y Juanfran en los laterales) y la jugada le salió perfecta puesto que logró sorprender a un Submarino que no hay que olvidar que a final de aquella campaña terminó en la cuarta posición, es decir, entró en Champions.
Por delante de la defensa situó un doble pivote integrado por Pallardó y Xavi Torres, con Valdo y Xisco Muñoz en los flancos y, arriba, Cristian Stuani. Nada más arrancar la segunda mitad, Xisco Muñoz envió un balón largo a Valdo, que superó en carrera a Carlos Marchena para terminar batiendo la portería amarilla. Una victoria que desató la euforia, que suponía la segunda derrota para los granotas y con la que se empezó a sustentar la permanencia en aquella difícil 2010-11 pues, salvo algunos pocos tropiezos, los de Luis García obtuvieron la regularidad necesaria para firmar los puntos de la salvación. Ahora, Lucas Alcaraz se plantea utilizar a los cinco zagueros en algún momento del partido en el Coliséum y está por ver si le dará tan buen resultado como a uno de sus antecesores en el banquillo azulgrana.