Es Noticia
Real Sociedad
3-0
Levante

Golpe de Real-idad

Finnbogason, delantero islandés de la Real, en una acción ante la presencia de Ramis (EFE)
Javier Mínguez

El Levante UD sufrió un duro golpe en Anoeta ante una Real Sociedad que, sin hacer demasiados alardes, sobre todo en la segunda mitad que es cuando sentenció a los granotas, le endosó un 3-0 que devuelve a la cruda realidad a la escuadra de Orriols. No es que los de Lucas Alcaraz estuvieran de fiesta tras ganar al Córdoba y distanciarse a seis puntos del descenso pero queda claro que queda mucho por sufrir. Toca esperar a que acompañen los resultados porque el próximo duelo será en el Ciutat pero frente a uno de los 'miuras' del campeonato: el Atlético de Madrid.

La Real saltó al césped de Anoeta dispuesta a dar un buen espectáculo a sus aficionados después de una temporada algo decepcionante aunque con la arnica del buen partido en el Nuevo San Mamés frente al Athletic Club. Lucas Alcaraz repitió planteamiento defensivo con cinco hombres atrás aunque sin el trivote del día del Córdoba. Una acumulación de efectivos que, sin embargo, por momentos hacía aguas como en el Coliséum de Getafe, puesta a prueba una y otra vez por Xabi Prieto y Carlos Vela moviéndose entre líneas con mucha calidad. El primer aviso llegó en el minuto 5 con un cabezazo de Carlos Vela y un gol anulado al mexicano por fuera de juego.
Hiló muy fino el juez de línea pero ya nada pudo hacer para evitar el 1-0 unos instantes después. Xabi Prieto cayó en banda izquierda y el capitán txuri-urdin, con una genialidad, le hizo llegar el balón a Yuri con un pase por encima de la defensa granota. El lateral donostiarra continuó la jugada con un pase de la muerte hacia Finnbogasson que entró a cuchillo al área, con poquita oposión de la zaga azulgrana para no faltar a la verdad, y batir a un Mariño totalmente vendido. Granero, pasado el ecuador de este primer tiempo, estuvo cerca de ampliar la diferencia en el marcador con un potente y colocado libre directo que se marchó a línea de fondo rozando la escuadra de la portería visitante.
El conjunto de Orriols no iba a alterar su guión por el 1-0 aunque dio un paso adelante en busca del empate. El 5-4-1 tiene como una de sus misiones cerrar la portería para buscar una contra rápida con la que matar al rival pero también permite atacar con superioridad. Es lo que, poco a poco, empezó a conseguir el Levante pero le faltaba lo más importante: el remate. Algo, por otro lado, complicado sin una referencia arriba puesto que Alcaraz, con Casadesús ya de baja para el día del Atlético, dejó a Barral en el banquillo por miedo a que viese también su quinta amarilla ante la Real. Con Morales y las internadas de Iván y Toño, lo intentaba el cuadro levantinista pero eran acciones estériles y que, consumida la primera mitad, no encontraron rematador alguno para inquietar a Rulli.
El empuje con que finalizó los primeros 45 minutos se lo dejó en el vestuario el conjunto granota. Lucas no movió pieza y la Real aprovechó otro momento de desconexión de la defensa valenciana para poner el 2-0 en el marcador con un testarazo de Markel Bergara tras un saque de esquina. Alcaraz reaccionó con movimientos desde el banquillo pero con unos cambios que se antojaban insuficientes: Barral entró por El Zhar y Camarasa por Simao. No renunciaba a la zaga de cinco hombres. Un trallazo de José Mari desde fuera del área no era suficiente bagaje ofensivo como para soñar con una remontada así que, en el 71', ahora sí, dio entrada a Uche por Ramis. Poco después, Toño desaprovechaba o, mejor, Zaldúa abortaba la mejor ocasión de gol de los visitantes cuando un centro de Morales cayó a los pies del lateral valenciano para que fusilase, pero la sacó el defensa donostiarra tras un tiro a bocajarro.
Fue lo más destacado en la búsqueda del gol del Levante UD que, lejos de recortar distancias, vio cómo la Real Sociedad lo remataba definitivamente con un toque de genialidad de Carlos Vela. El mexicano dispuso de un libre directo en la frontal y, con un zurdazo limpio y bien dirigido, la envió al fondo de las mallas ante la desesperada estirada de Mariño. Era el 3-0 y un duro aunque no inesperado golpe de realidad para la escuadra levantinista, que esperará a que vuelvan a acompañar los resultados con el deseo de no volver a los apuros después del oasis en que se instaló tras ganar al Córdoba.
 

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