El Levante UD visitará este domingo el Coliséum Alfonso Pérez para medirse al Getafe, precisamente el escenario donde Lucas Alcaraz revolucionó al equipo y utilizó por primera vez el 5-3-2 que, al final, sirvió para que los granotas reaccionasen y firmasen la permanencia en Primera. Un esquema que en la actual campaña no termina de funcionarle y que, por tanto, presenta sombras al lado de las luces aunque de momento parece innegociable.
El conjunto azulgrana encaró la recta final de la pasada Liga con el actual dibujo táctico y le sirvió para ganar dos partidos, empatar otros tantos y perder el mismo número de encuentros, en los que logró marcar cuatro goles y encajar siete. Es decir, con el 5-3-2 marcó 0,6 goles por choque y encajó 1,16, lo que quiere decir que frenó la sangría defensiva ya que con el 4-4-2 le metían 1,9 tantos por jornada aunque disminuyó su aportación ofensiva puesto que, con el anterior sistema, marcaba casi un gol por encuentro (0,9). Contando con los cinco partidos de esta 2015-16, con el 5-3-2 el Levante en 11 encuentros ha ganado dos, ha empatado cinco y ha perdido cuatro.
En lo que respecta a las cinco jornadas que se han disputado del actual campeonato, el Levante todavía no conoce la victoria y ha firmado tablas en tres choques y ha caído en dos, habiendo marcado cinco goles (uno por partido) y encajado nueve (1,8 de media). Las cifras, por tanto, arrojan que ha mejorado de cara a portería pero las facilidades defensivas para el adversario vuelven a aparecer. Siendo cierto que ha tenido que el Camp Nou, también lo es que un equipo candidato de inicio al descenso como el Eibar le ha marcado dos tantos a los de Lucas en el Ciutat y que todavía no han logrado dejar la portería a cero en Orriols, aunque sí en casa de la UD Las Palmas.
Dejando los números aparte, el sistema arroja conclusiones positivas y negativas. En el haber, uno de los objetivos que se perseguían como era aprovechar el gran potencial ofensivo de Morales, Iván y Toño por banda o la movilidad de centrocampistas como Camarasa, Verza o Lerma, se está cumpliendo. En el debe, los laterales no son tan buenos cuando hay que mirar hacia atrás, aunque el alma de este esquema es que los centrales o incluso habiendo un trivote, tengan buenas coberturas y todavía se falla en eso. Además, los adversarios aprovechan las entradas de la segunda línea con más facilidades de las que debería ofrecer un equipo que tiene a tres jugadores jugando por delante de la defensa. En cuanto al ataque, frente al Eibar hubo muchos centros buenos de Toño y Morales pero los delanteros a veces se encuentran muy aislados si hay mucha distancia entre las líneas. En la parte positiva, y lo más importante, el Levante volvió a demostrar frente a los armeros, y también ante el Sevilla, su amor propio para sacar adelante situaciones adversas.
El Levante, en aquel duelo con el Getafe de la pasada temporada, saltó al campo con Mariño en la portería; Iván López, Vyntra, Ramis, Juanfran y Toño, en defensa; José Mari, Simao Mate y, por primera vez en el trivote, Morales; y, arriba, Víctor Casadesús (autor del gol del triunfo) y David Barra. A CONTINUACIÓN LAS MEJORES IMÁGENES DE AQUEL ENCUENTRO DE LA REACCIÓN GRANOTA.