El trascendental partido de la Liga BBVA ante el Rayo Vallecano escondía un componente adicional que se encuadra en el interior del ecosistema en el que se inserta nuestro protagonismo. Navarro firmó su partido número noventa y ocho con la casaca granota en Liga. Es evidente que roza el centenar de choques con la sociedad blaugrana, siguiendo la estela de Rubén y Juanfran, pero hay más aspectos a resaltar.
El jersey con las tonalidades en azul y grana se convierte en la camiseta defendida por Navarro con más presencias en el ámbito de la Primera División. El fin de semana pasado en el feudo azulgrana el defensor, amarrado a una victoria relevante, superó los noventa y siete choques disputados con anterioridad en su periplo en el Valencia en el marco de la Liga. Quizás sea un componente eminentemente estadístico, pero acentúa la estancia del zaguero como futbolista de la institución granota y su impronta en el interior del césped. Por lo pronto subyace una idea de continuidad.
El currículum que maneja David Navarro, en su recorrido como futbolista profesional, enfatiza sobremanera su pertenencia a tres entidades deportivas con la máxima división como nexo de unión; Valencia, su club de origen, Mallorca, donde cumplimentó una cesión de dos campañas enlazadas, y Levante que habría que completar con una experiencia inconclusa y repleta de complicaciones y contrariedades en las filas del Neuchâtel Xamax durante el curso 2011-2012. Precisamente su marcha de la escuadra suiza, tras la práctica desaparición de un club histórico en su ámbito de acción, le permitió iniciar un viaje de retorno en dirección a la capital del Turia para formalizar su incorporación con el Levante como refuerzo de lujo del mercado invernal. El compromiso quedó certificado en los primeros días de febrero de 2012. La relación que se consignó vinculó a ambas partes durante los siguientes seis meses del eje de la cronología, si bien la entente se amplió en el tiempo hasta alcanzar al espacio presente. El defensa ungido con la condición de capitán, un rango que ya adquirió en propiedad en la entidad de Mestalla, cumple la quinta temporada en la institución azulgrana, la cuarta de forma completa tras su aterrizaje con el ejercicio ya en marcha.
Su estrenó aconteció en el duelo que cruzó al Levante y a la Real Sociedad el 21 de marzo en el Estadio de Anoeta (1-3) y aunque no se perpetuó en las alineaciones propuestas por Juan Ignacio Martínez durante aquel ejercicio su influjo comenzó a aumentar exponencialmente en la temporada inmediata con el Levante inmerso en el desafío triple que significó competir en la Liga Europea, la Copa del Rey y el Campeonato de la regularidad. El curso lo cerró con un total de cuarenta y tres apariciones. Un año después, con Joaquín Caparrós en el banquillo, firmó veintinueve presencias en Liga para consignar veintiuna la pasada campaña bajo la egida de Lucas Alcaraz. En el curso actual la llegada de Rubi ha reactivado los estrechos lazos que siempre ha mantenido con la Primera División después de confirmar su titularidad en el grupo. David suma doscientos cuarenta y tres combates en la elite con las camisetas del Valencia, Mallorca y Levante. Desde el sábado por la noche se proyecta en la Liga de las Estrellas con el jersey azulgrana.