Es Noticia
Levante
2-2
Deportivo

Orriols nunca se rinde

Javier Mínguez

El Levante UD (2-2) pudo llevarse con solvencia la victoria frente al Deportivo en la segunda jornada liguera aunque, paradójicamente, tuvo que remar a contracorriente frente a un conjunto blanquiazul que impartió un máster de efectividad en la primera mitad, mientras los de Muñiz desaprovechaban claras ocasiones para hacer más daño a su adversario. Los granotas, sin embargo, volvieron a dejar claro que la palabra rendición no se admite en el Ciutat de València y, primero con un golazo de falta de Bardhi y, posteriormente, con una pena máxima convertida por Ivi, evitaron que los tres puntos se marchasen para A Coruña.

El conjunto granota se las prometía muy felices tras barrer del campo, y por un escueto 1-0, al Villarreal en la jornada inaugural de la Liga Santander y el Deportivo que encargó de confirmar que, por mucho que uno domine el juego, como volvieron a hacer los de Muñiz, pueden salir escaldados. Las brasas las puso Luisinho cuando todavía no se habían cumplido cinco minutos del encuentro. Al lateral izquierdo se le abrió un hueco para centrar con comodidad al área y los atacantes blanquiazules actuaron casi a placer. Bakkali punteó la pelota, la primera amenaza clara, Andone, no alcanzó a tocarla pero sí Fede Cartabia. El argentino recogió el esférico a placer y con la misma comodidad fusiló a Raúl Fernández, que todavía no se creía que la escuadra gallega lo hubiese tenido tan fácil para ponerse por delante.
De momento, el fútbol no hacía justicia a los méritos contraídos de un Levante dominador y un Deportivo que descaradamente se aculaba para robar y sorprender a una contra, como sucedió en el 0-1. Pero a buen seguro que por la mente de Muñiz no pasaba este pensamiento, el de la injusticia, sino una de sus clásicas frases, la de aprovechar el momento para golpear, que es lo que no hacían los azulgranas. Y eso que, segundos después, Morales ya se había plantado en la otra punta del campo para recortar a la defensa y chutar raso. Sin embargo, Rubén Martínez, metiendo una gran mano por abajo, evitó la igualada. Luego serían Lerma y Jason, en una doble ocasión, los que probarían suerte y, en el 14', Bardhi le pegaba mordida entrando desde la frontal.
Los valencianos acosaban pero no derribaban, desplegaban su mejor fútbol aunque el menos efectivo. Campaña y Bardhi se hacían los dueños del balón en la parcela ancha, con el macedonio subiéndola, bajándola y pegándola con cola a su bota. En el 17', sin embargo, la soltó para dársela precisamente al sevillano que, tras un periplo por toda la frontal del área, soltó un potente zurdazo que por poco no encontró la escuadra derecha de la portería visitante. Posteriormente, fue Jason el que se inventó un potente disparo con mucha intención buscando el poste izquierdo pero la pelota no se estrelló contra la madera sino de nuevo con la manopla de un Rubén que se había propuesto amargarle la fiesta a su ex equipo en su retorno a Orriols.
El Levante no lograba atravesar la red pese a las múltiples ocasiones de las que gozaba y, sin embargo, al Deportivo se le volvió a hacer la luz en su segunda llegada. En un saque de córner, Raúl Fernández no se atrevió a completar su salida y Sidnei se elevó por encima de Campaña para cabecear hacia la red. El balón maltrataba a los de Muñiz aunque la crueldad se convirtió al instante en justicia, en el momento del 1-2. El cuadro blanquiazul cometió una falta en la frontal y ahí los locales y su afición ya se relamía y más cuando comprobaron que quien cogía la pelota era Enis Bardhi, que ya mostró en pretemporada su potencial en el libre directo con tres goles de tres intentos. El joven centrocampista no defraudó y, con un tiro tan potente como ajustado y bello, echó abajo la muralla de Rubén, que sólo pudo posar para la foto.

El segundo tiempo fue de emociones fuertes y eso que empezó más calmada que como se consumieron los primeros 45 minutos. Al Levante le costó recuperar el dominio de la contienda aunque lo tuvo de todas todas, sólo que en el primer tramo de este período no llegaba con tanta claridad. Pero a los ocho minutos, por medio de Morales, el conjunto azulgrana ya gozó de una ocasión clarísima para empatar. El centro fue de Jason, la peinó Campaña justo para que le cayese en las botas al 'Comandante' que, sin embargo, envió la volea fuera lamiendo el poste. Muñiz ya no podía esperar más e hizo un cambio valiente: quitó a Iván López y metió a su doblemente tocayo Ivi para dejar a Morales en el lateral derecho y, luego, sacó al efectista Boateng para quitar al combativo pero poco efectivo Alegría. Los cambios se notaron y mucho y, de hecho, el ghanés ya le había concedido con un pase medio gol a Jason en el 71' pero de nuevo el gallego se topó con un paradón de Rubén.
El león, que no se había dormido nunca del todo, volvía a rugir y poco después Enis Bardhi rozaba el doblete con la testa tras un envío medido de Morales. El Levante se calentaba jugando aunque también de ánimos y, si antes había tenido sus más y sus menos con Fede Cartabia, el 'Comandante', con una segunda amarilla, sería expulsado por una falta casi inocente en el vértice del área. Además, el Deportivo amenazaba con esporádicas llegadas, como un cabezazo de Borges tras el saque de falta posterior a la marcha del '11' azulgrana. Pero el Levante, espoleado por verse superior y porque el marcador no reflejaba los méritos, y también con el empuje renovado de Doukouré, seguía apretando y en el 82' Campaña hacía crujir el poste con un trallazo.
Parecía que se escapaba el botín y, al instante, Ivi, que había salido para guisárselo y comérselo, encontró el ingrediente para forzar un penalti. El sevillano, como sucediese con Morales en la primera jornada, reclamó el esférico para enfrentarse al ogro de los granotas en este partido: Rubén Martínez. El atacante granota salió vencedor de este particular duelo que, pese hacer subir el 2-2 en el 83', echó casi el talón al encuentro para ir consumiéndose lentamente. Finalmente, y pese a que por fútbol pudo ser más, el Levante sumó un punto que le envía al parón liguero con cuatro de seis en su casillero. Una marca que muchos, sin duda, habrían firmado cuando se sorteó el calendario de la competición.

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