El Levante UD ha hecho que se disparen todas las alarmas tras la última derrota frente al Villarreal. Quedarse en la palabra preocupación sería una auténtica insensatez, sólo a la altura de alguien que no sea consciente de la realidad, por ello se puede considerar que hay alerta roja en torno a un equipo que lleva una victoria en 15 jornadas. El conjunto de Orriols tiene muchos defectos pero sin duda su principal debe es el gol. Como dato significativo, los de Muñiz ya llevan menos tantos que los que había conseguido a estas mismas alturas en la temporada del último descenso a Segunda División, la 2015-16. Y los fichajes para el ataque sin llegar.
Tras jugarse la primera vuelta, el Levante llevaba hace dos años 14 goles y, tras un 4-3 en Balaídos frente al Celta, alcanzó los 17 tantos en 20 partidos. Uno más de los 16 que en estos momentos contabilizan los de Muñiz, a los que se les ha mojado la pólvora hace tiempo. Y es que, en los últimos ocho partidos de Liga, los granotas han marcado el gol en propia puerta de Laporte frente al Athletic, que no evitó la derrota, y el de Roger tras un penalti en el que Boateng salió volando tras un pequeño contacto de un defensa del Villarreal. Triste bagaje.
Con Rubi ya en el banquillo, aquel Levante llevaba tres victorias, como ahora, aunque cuatro puntos menos (14) porque este año el equipo de Orriols ha sido más fuerte en defensa... hasta que el Celta, el Villarreal y en Copa el Espanyol han vuelto a abrir grietas en la retaguardia azulgrana. Con todo, de momento la plantilla y los aficionados tienen que conformarse con la incorporación de Fahad Al-Muwallad, joven atacante saudí al que hay que darle el beneficio de la duda aunque es un perfecto desconocido en el fútbol europeo y el propio Levante ha reconocido que se trata de un acuerdo con la liga árabe.