Paradojas de la vida y del fútbol. Si el VAR contribuyó de forma activa a meter al Levante en una situación comprometida en la recta final del campeonato debido a multitud de errores que perjudicaron a los de Paco López, en Montilivi, el videoarbitraje fue clave para la salvación.
En la segunda mitad del partido entre el Girona y el Levante, cuando todo debía decidirse, Pere Pons cayó en el interior del área levantinista en boca de gol cuando iba a rematar el balón. A primera vista, penalti claro por un contacto con Coke. Del Cerro Grande no dudó y señaló los once metros al tiempo que mostraba la roja directa a Coke al empujar a Pons en una ocasión manifiesta de gol.
Tras la decisión, las protestas de los jugadores del Levante se hicieron evidentes y surtieron efecto ante otra gran injusticia. Del Cerro Grande fue asistido desde la sala del VAR e interpelado para que comprobase una acción que podría haber decantado el partido para el Girona y haber dejado al Levante en una situación crítica y casi en Segunda División.
Tras comprobar en la pantalla en la banda de Montilivi, el colegiado madrileño rectificó su decisión, anulando el penalti y retirando la tarjeta roja a Coke al entender que el contacto del vallecano con Pere Pons no era suficiente para derribarle y que el jugador del Girona ya venía trastabillado desde atrás.
Así pues, el VAR hizo justicia más que nunca en Girona pues anuló una decisión que podría haber dado la puntilla a un Levante, que finalmente consiguió la permanencia merecida.
El VAR subsanó de esta manera, los múltiples errores que tuvo en contra del Levante a lo largo de la temporada y que tanto perjudicaron a los intereses granotas como ante el Atlético de Madrid en el Wanda, en Butarque ante el Leganés o contra el Real Madrid y el Villarreal en el Ciutat de València.