Fue, sin duda alguna, la anécdota más bonita del día en el Levante. Tras finalizar una distendida sesión en la vuelta al trabajo en el Ciutat de València, traca incluida para celebrar la permanencia, un niño acompañado de su padre bajó al terreno de juego del Ciutat de València para estar junto a sus ídolos.
Toda la plantilla se acercó al muchacho, que lucha contra una enfermedad, para mostrarle su cariño. Pero, cuando los jugadores se recogían hacia los vestuarios, el joven se acercó a Oier Olazábal y encararon la portería de Gol Orriols para deleitar a los presentes con el momento más dulce de la jornada.
El guardameta vasco plantó el esférico en el punto de penalti, ambos se preocuparon de que el balón estuviera en el lugar justo, exactamente desde los once metros. El primero acabó en las manos del irundarra, por lo que llegaron al acuerdo mutuo de adelantar el reto unos metros.
El segundo acabó en el fondo de las mallas y todos celebraron. Fue el momento del día. Posteriormente cambió el juego y el chaval disfrutó disparando a portería tras unos toques. El pequeño mostró maneras.
Encarando el camino de vuelta fue Paco López el que lo paró para hacerse una foto con él. El niño salió del Ciutat de València con las botas de uno de los jugadores y con una camiseta firmada por la plantilla, que el propio Tito le entregó en la salida de vestuarios.
Y es que el Levante, con este tipo de gestos, se empeña en demostrar día a día que es un club diferente más allá del fútbol.
👏 Bonita imagen la que nos deja el entrenamiento del Levante de este miércoles con un pequeño lanzando penaltis a Oier. [📹 vía @sanchoder] pic.twitter.com/jif0PGXziR
— ElDesmarque Levante (@ElDesmarque_LUD) 15 de mayo de 2019