Tres temporadas después de su salida del Levante, Manolo Salvador regresa al club de Orriols con ilusiones renovadas y al frente de una una estructura deportiva novedosa en el club granota. El de Faura será presentado este miércoles como nuevo secretario técnico. Atrás queda su época como director deportivo.
Su salida de la entidad fue todo un punto de inflexión tras ocho años como máximo responsable de la estructura deportiva granota. Su adiós coincidió con uno de los momentos más complicados para el levantinismo en los últimos tiempos como fue el descenso en 2016 y los caminos del club y del director deportivo de Faura estaban condenados a separarse debido a lo que el propio Manolo Salvador consideraba un "fin de ciclo profesional".
La marcha del equipo y el descenso fueron una losa demasiado pesada y finalmente, la salida de Manolo Salvador se consumó aunque era una decisión ya tomada desde hacía meses.
El desgaste de tantas temporadas en el cargo, así como varias apuestas fallidas durante las dos últimas campañas catapultaron la salida de Manolo Salvador del club.
En la temporada 14/15, la apuesta en el banquillo fue José Luis Mendilibar pero tan sólo duró ocho encuentros después de conseguir tan sólo un triunfo. En su lugar llegó Lucas Alcaraz, que en 30 partidos consiguió hacer reaccionar al equipo y renovó automáticamente aunque la confianza en el técnico granadino era muy escasa y esta situación acabó por llevárselo por delante en las primeras nueve jornadas de Liga. Su lugar lo ocupó Rubi, quien no consiguió dar con la tecla para evitar el peor de los desenlaces, el descenso.
En el apartado de jugadores, otras apuestas fallidas también le pasaron factura a Manolo Salvador en su última temporada. Dos claros ejemplos de jugadores que no funcionaron fueron los cedidos Nabil Ghilas o Lucas Orban.
Tampoco Ángel Trujillo, por quien el Levante pagó un millón de euros al Almería. Si bien el central tenía buena pinta al principio, acabó echando por tierra su trayectoria en el Levante ya que fue expedientado por el club después de negarse a viajar a un partido en una lista de 19 jugadores.
Pero con diferencia, el caso que levantó más ampollas en el Levante fue el fichaje de Mauricio Cuero. Los de Orriols pagaron 3,5 millones de euros en lo que suponía el fichaje más caro de la historia granota. Nada más lejos de la realidad, Cuero fue un espejismo y no cuajó convirtiéndose en un gran fracaso.