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Un mes para abrir el fuego liguero en Vitoria

Nikola Vukcevic trata de despejar un balón en un córner. (Foto: LaLiga)
Álex López Sanfeliu

Al Levante UD le queda exactamente un mes para estrenar LaLiga de forma oficial. Los de Paco López arrancarán el próximo 18 de agosto en Mendizorroza ante el Alavés y lo harán con la intención de conseguir los tres primeros puntos de la campaña ante el siempre combativo cuadro babazorro, que este año cuenta con nuevo inquilino en el banquillo.

El Levante comenzará con los partidos amistosos el próximo sábado ante el Villarreal y por delante le quedarán otros seis choques para perfilar todos los detalles de cara al duelo ante el Alavés. Entretanto, los de Paco López no cesan en su preparación diaria con intensos entrenamientos físicos y en los que ya empiezan a aparecer las primeras nociones tácticas. El equipo, con muchas caras nuevas, debe ensamblar todas las piezas para llegar en las mejores condiciones posibles al inicio liguero.

La reválida de Mendizorroza: el partido más largo de la temporada

El partido ante el equipo dirigido por Asier Garitano se convertirá en el más largo de la temporada para los de Paco López. Posteriormente llegarán los duelos ante el Villarreal y Valladolid en el Ciutat de València antes del primer parón liguero por compromisos internacionales pero esos dos encuentros poco preocupan por el momento en comparación con el Alavés.

Laguardia celebra su gol ante el Levante. (Foto: LaLiga)

Además, el Levante tiene una cuenta pendiente contraída de su última visita a Mendizorroza en LaLiga. Los de Paco López protagonizaron, posiblemente, el peor partido de la temporada pasada en el feudo vitoriano, dejando una imagen muy pobre por lo que en sus pensamientos no hay otra cosa que no sea resarcirse de aquel partido esperpéntico.

El Levante se hundió ante el Alavés

Fue el pasado 11 de febrero de 2019 cuando los levantinistas se hundieron en Mendizorroza durante un encuentro en el que Paco López apostó por dar entrada a muchos jugadores no habituales en el once. El tiro le salió por la culata pues el equipo no estuvo a la altura y fue un títere a manos de un Alavés mucho mejor y que no hizo sangre pese a su superioridad.

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