El exjugador del Levante UD, actual director deportivo de Velez Sarsfield es noticia en las últimas horas tras atropellar y matar a una persona en un accidente de tráfico. La víctima, según informan desde Argentina, falleció en el lugar del atropello. El fallecido es Juan Rivero, un varón de 56 años que perdió la vida en el acto tras sufrir el atropello y golpearse contra el parabrisas frontal del vehículo que quedó completamente destrozado.
Según informa la agencia Infobae, el hecho ocurrió esta madrugada a la altura del kilómetro 60 de la Ruta 2 en circunstancias que "aún son investigadas por la fiscal María Antonieta Scarpino, titular de la UFI 14 de La Plata, especializada en delitos culposos, quien quedó a cargo del expediente".
Según la mencionada fuente, Juan Rivero habría cruzado en una zona “oscura y de baja visibilidad” en circunstancias que aún se investigan, pero viendo el estado del vehículo, es fácil hacerse una idea de la contundencia del impacto.
#laplata Así quedó el auto de Pablo Cavallero tras el impacto fatal. Investigan las circunstancias en las que embistió a un hombre, que falleció en el lugar. pic.twitter.com/39aH6hh0bq
— Hechos y Derecho (@Hechosanderecho) February 27, 2021
Pablo Cavallero es uno de los pocos jugadores del Levante que ha tenido el honor de disputar dos Mundiales (Caszely y Lauren también lo hicieron). El argentino aterrizó en Valencia tras cuatro temporadas en el Celta donde alternaron el mejor fútbol que se recuerda en Balaídos (con un trofeo Zamora en 2003), con un descenso final. Antes había sido campeón de Copa del Rey con el Espanyol y en su país, a la sombra de Chilavert en Vélez Sarsfield, campeón de todo. También se colgó una medalla de plata olímpica, conformando un currículum a la altura de muy pocos.
Pero en el Levante vivió tiempos complicados desde el principio. El día que aterrizó en el mercado de enero, su entrenador Bernd Schuster no se cortó en decir que él no había pedido un portero y que “Cavallero no es mejor que Mora. Si quieren traer gente mejor les diría que trajeran a Oliver Khan, no a un portero que viene de no jugar en la primera vuelta”. Con ese comité de bienvenida, el arquero argentino no entró de la mejor manera y vivió desde el banquillo el descenso de categoría. Sería la siguiente campaña, en Segunda, cuando Cavallero se convertiría en pieza clave para lograr el ascenso, primero con Oltra y después con Mané.
En la recta final de la temporada, su templanza y sobriedad salvó muchos puntos, especialmente aquel empate ante el Lorca en la penúltima jornada. Fue en el último minuto de la primera parte cuando unas manos inocentes de Alexis acabaron en penalti en contra. Delante, su compatriota Facundo Sava, al que Cavallero le ganó la batalla psicológica, le señaló con la mano su lado izquierdo y se lanzó al derecho, justo donde Sava envió el balón que despejó milagrosamente el meta de Lomas de Zamora. Ninguno de los granotas (tampoco de los seguidores del Lorca) que estaban esa mañana en el Ciutat podrá olvidar aquella atajada. Una semana después, el 0-1 en Lleida le daba a los azulgranas un nuevo ascenso.
Los dos años en Primera no fueron tampoco fáciles, ni para el club ni para el portero y todo terminó con el descenso de 2008, impagos, conatos de huelga… años duros para el levantinismo que hicieron que todos los jugadores salieran por la puerta de atrás. Cavallero no fue una excepción pero aún jugaría un año más, en este caso en Peñarol de Montevideo, un grande del fútbol con el que ganó el torneo Clausura uruguayo. Y ahí se fue borrando el rastro del ex guardameta granota que abrió la puerta de los banquillos, colaborando con las inferiores de Argentina.