Pocos cosas positivas sacó el Levante UD este domingo del Reale Arena. Además de un nuevo recital de paradas por parte de Dani Cárdenas, la otra noticia positiva fue el regreso de Cheik Doukouré. El centrocampista costamarfileño volvió a jugar después de más de ochos meses en los que estuvo recuperándose de una grave lesión en el tendón de Aquiles la temporada pasada cuando militaba cedido en las filas de la SD Huesca. Después de varias semanas entrenando con el grupo, Paco López decidió apostar por el costamarfileño en el duelo ante la Real Sociedad. Su entrada se produjo en el minuto 70 de partido con la esperanza de dar algo de respiro en el centro del campo granota, muy asfixiado tras el desgaste del pasado jueves en la Copa del Rey. A pesar de la derrota, Doukouré entró en juego ofreciendo buenas sensaciones. Gran noticia sin duda. Por un lado, para el futbolista después del calvario de lesiones que ha pasado y por otro lado, para el equipo y para el técnico que suma un efectivo más para la causa de aquí al final de temporada.
Aquel fatídico 3 de julio de 2020, Doukouré sufrió una grave lesión en el tendón de Aquiles con el Huesca. La lesión de por sí ya era todo un drama dada la gravedad de la misma pero mucho pero pues llovía sobre mojado. En el momento de esa lesión, Doukouré volvía a coger buenas sensaciones después de más de un año parado por otra grave lesión de rodilla. Aquella que se produjo en marzo de 2019 tras golpear al aire en una acción ante el Real Madrid en el Ciutat. Desde aquel momento, tan sólo había participado en cuatro encuentros con el Huesca hasta este domingo.
Después de todo aquello, Cheick Doukouré vuelve a ver la luz al final del túnel, con la esperanza de que esta sea la definitiva.