Moción de censura

Entrada la madrugada y no sé de qué escribir. Mejor dicho, cómo escribirlo. Tengo claro que lo que toca ahora es el derbi. Pero me falta el enfoque. Lejos queda el ridículo de San Sebastián. Tan lamentable como previsible. Tan indecente como esperado. Ya ni te cuento la eliminación de Copa. Fue bonito mientras duró y se puede decir ya lo de que el fútbol nos debe una. Nos la cobraremos. La soñada final seguirá siendo eso, un sueño. Estuvo cerca de hacerse realidad. A los puntos, merecido. Pero demasiado cruel el desenlace, quizá. Otra vez será. Pronto. Estoy seguro. 

Pero toca derbi. Y la actualidad manda. Me viene un flash. ¡Lo tengo! En la radio lo comentaban a mediodía. Las redes inundadas, whastapp desbordado. La tele de fondo me lo recuerda en las noticias de la noche. Tres palabras. Moción de censura. Parece que hay jaleo en diferentes sitios de España. Y a mí me inspira y lo traslado a lo nuestro. Al derbi. Porque puede que éste sea el año. Quizá ha llegado el momento. Y me refiero a que el Levante UD se revele por fin y mande en la ciudad. Y no solo ganando al vecino. Eso ya se ha visto otras veces. Digo un golpe de autoridad. Terminar un campeonato por encima de él. Tampoco es que sea lo más importante ni le vaya la vida en ello. Ni mucho menos. Anecdótico a lo sumo. Pero a nadie le amarga un dulce. Y en el levantinismo, o buena parte de él, supondría una buena dosis de glucosa en vena. No nos vamos a engañar.

Toca derbi. Quizá ha llegado el momento. Y me refiero a que el Levante UD se revele por fin y mande en la ciudad.  

Pocas cosas más ilusionantes les quedan a los granotas en esta Liga. Quedar lo más arriba posible está bien. Pero por delante del Valencia, mejor. Pensar en Europa parece una utopía. Pensar en ser el primero de la capital, una realidad. Aunque se quiera, históricamente, no ha habido rivalidad. Siempre en diferentes niveles. En otras Ligas, como se suele decir. El grande y el pequeño. El pobrecito y el poderoso. Y eso es así. Guste o no. Y ha sido así hasta la época más reciente. Por categoría, por prestigio, por logros. Por títulos. Y por dinero. Por masa social. Evidente. Y a nivel mediático, sin parangón. Pero, ojo, que esto está cambiando. Y eso es así también. Guste o no. Y así tiene pinta de ser en los próximos tiempos.  

Ahora ya no vale solo el presupuesto ni la historia. El duelo es más real. Y menos desigual también. Ya no se escucha tanto la fanfarria de “mejor que el Levante esté en Primera, seis puntos seguros”. Falacia en toda regla, por cierto. Nunca, en las 14 temporadas del Levante en Primera, nunca, ha pasado eso. Ya no se mira por encima del hombro con lo de “en la charca sois cuatro gatos”. A las claras está el levantinismo que florece cada vez más. Y lo de la charca… Si se refieren al actual Ciutat de València… En fin, las comparaciones son odiosas. Cuando acaben el Coliseo de Cortes Valencianas ya si eso retomaremos la coña. La otra gracieta fácil es lo de que “son todos del Madrid o del Barça”. Oye, pues yo ya he visto al Levante ganar a los dos y la grada haciendo la ola. Muy fastidiados por ver perder a ‘sus’ equipos no parecían. 

Luego estaba también el chascarrillo de que si “el verdadero derbi es Levante-Mestalla”. Cuidado con éste, no vaya a ser que el próximo derbi del Mestalla sea contra el Levante C o D. Y la tradicional ‘pelea’ por lo de “L’equip dels valencians”. Bueno, aquí no hay más preguntas señoría. Salvo que Singapur sea algo parecido al Rincón de Ademuz y no nos hayamos dado cuenta todavía. O Johor sea un paraje recóndito de L’Horta Nord entre Albuixech, Rafelbunyol y Bonrepós i Mirambell. ¡Ah! ¡Espera! Y lo de los títulos y la sala de trofeos del Ciutat. Esto sí que entiendo que es más complejo para los vecinos. Difícil comprender que las vitrinas de Orriols están llenas de cosas mucho más importantes que copas y estatuillas. Valores y sentimiento. Una filosofía de vida. Por eso quizá lo de que de repente un año mamá esté encima de papá tampoco estaría mal. Y más en estos tiempos más modernos que corren. Alterar el orden lógico. Y la historia. Porque ser del Levante es otra cosa. Es ser diferente porque quieres ser diferente. De verdad, no traten de entenderlo.

Víctor López

Periodista