El Levante UD hizo todo lo posible ante el Atlético de Madrid y le bastó para sacar algo positivo como un punto y un refuerzo anímico que seguro ayuda al grupo comandando por Javi Pereira para próximos compromisos en LaLiga Santander. Uno de los protagonistas del encuentro fue el árbitro. Las decisiones del González Fuertes tuvieron una influencia muy clara en el resultado así como algunas consecuencias de cara al próximo encuentro. En estos tiempos en los que el criterio de actuación del VAR es tan cuestionado, en el Levante - Atlético de Madrid el videarbitraje ayudó a impartir justicia en la jugada del segundo penalti. Todo el Ciutat de València lamentó el remate de De Frutos en el área pequeña del Atlético de Madrid. Nadie reparó en que el balón salió despedido pero tocando ligeramente en la mano de Lodi, nadie excepto el VAR. El aviso desde el VOR llevó a González Fuertes a la pantalla y con tan sólo una sencilla imagen le sirvió para tomar la acertada decisión de señalar una pena máxima que sirvió para que Bardhi empatase.
Tanto en la primera mitad como al final del encuentro, el colegiado se empeño en asumir un protagonismo que no debía ser suyo. Señaló el final de las dos partes justo en el momento en que el Levante montaba dos contras que podrían haber significado, al menos, ocasiones. En la primera parte todos los jugadores y el público lo protestaron y ya en la segunda y con todas las revoluciones al máximo por el final del encuentro, la bronca ya fue monumental. Tanto que Róber Pier se llevó una segunda amonestación con el partido finalizado que le impedirá jugar el próximo lunes ante el Granada.