El Levante UD afronta este parón liguero con la idea de dar un giro radical a su situación en la máxima categoría del fútbol español. Hasta el momento, el conjunto granota no ha conseguido sumar ni una sola victoria en lo que va de temporada, lo que cada día provoca más incertidumbre y nerviosismo en Orriols. En busca de una solución, los de Javi Pereira no lo han dudado ni un segundo: el equipo se marcha concentrado a El Saler para llevar a cabo una mini pretemporada y puesta a punto para LaLiga. Así pues, los azulgranas afrontan una semana con dobles sesiones de entrenamientos y dos días de descanso.
Este planteamiento del Levante contrasta radicalmente con el desarrollado en el último parón liguero, cuando el club se decantó por dar salida a Paco López e incorporar a Javi Pereira al frente del banquillo. Sin embargo, los días pasaron y el extremeño se demoró más de lo esperado en llegar desde China, lo que provocó que el equipo apenas pudiera entrenar bajo sus órdenes un par de días antes del duelo ante el Getafe.
Todas las alarmas están encendidas en la parroquia granota. Su equipo se dirige irremediablemente hacia donde nadie quiere. Una pesadilla que encuentra su única esperanza en los muchos meses que restan todavía hasta el final de LaLiga. El Levante suma tan sólo 6 puntos en 13 partidos y, aunque todas las comparaciones son odiosas, el actual Levante sale perdiendo con el del último descenso en la temporada 15-16. Por aquel entonces, el Levante sumaba 10 puntos en 13 jornadas. Además, Rubi ya había relevado a Lucas Alcaraz y el catalán tampoco había sido capaz de cortar la sangría defensiva que asolaba y asola al Levante. 23 goles en contra son los que llevaba en aquella Liga a estas alturas y 23 son los que ha encajado en estos momentos de la temporada.
Y es que la pesadilla dura y dura y mientras, los aficionados bajos su nueva cubierta piensan en cómo quedará el espectáculo de luces en otra categoría si el equipo no reacciona como es debido.