El presidente del Levante UD Quico Catalán ha citado de urgencia a su Consejo de Administración para debatir sobre el futuro de Javi Pereira, así como el de la dirección deportiva formada por Manolo Salvador y David Navarro. Los resultados, el error de haber despedido a Paco López y haber apostado por Javier Pereira y las soluciones a adoptar están sobre la mesa. El Consejo está ya reunido, desde las 16 horas.
A día de hoy se desconoce por dónde irán los tiros en un Consejo de Administración, pero la situación del Levante UD es límite y no hay nada ni nadie que invite al optimismo, ni siquiera la buena primera parte que protagonizó el equipo en el Villamarín. Todo para nada pues el equipo sigue sin funcionar y a las primeras de cambio, se cae como ocurrió este domingo. Es por eso que el presidente se ha visto obligado a tomar decisiones y citar a sus consejeros -que aprobaron por unanimidad la llegada de Pereira. El caso es que, el fichaje del técnico el pacense fue una apuesta personal del director deportivo Manuel Salvador y su adjunto David Navarro. De ahí que también se debata su continuidad. De hecho, los dos responsables del área deportiva no fueron citados a la reunión.
Llueve sobre mojado y a pesar algunas reacciones que son como una suerte de espejismos, eso no provoca un cambio de tendencia. Javi Pereira no da con la tecla y el Levante sigue condenándose así mismo cada semana sin poder remediarlo. No sólo por lo que protagoniza sobre el terreno de juego sino también por los detalles que lo rodean.
En un partido como el de este domingo, en el que el Levante tenía que haber echado el resto para amarrar el resultado, tan sólo hizo un cambio. Solo un cambio de cinco posibles sustituciones. La entrada de Soldado por De Frutos fue la única variación desde el banquillo que se intentó para cambiar el sino del encuentro. Un dato esclarecedor que deja en evidencia la planificación deportiva de la presente temporada. El técnico considera que no tiene soluciones en el banquillo y tampoco sabe cómo encontrarlas. Todo un drama por parte de un equipo desnortado que no sabe lo que hacer para evitar un destino cruel que en estos momentos parece inevitable.
Si el Levante decidiera cambiar de entrenador, la alternativa más plausible es apostar por el técnico del filial, que ya estuvo de transición entre Paco López y el propio Javier Pereira. Lógicamente eso sería vestir un santo para desvestir otro.
Pasa lo mismo con la dirección deportiva. Cargarse a los responsables del proyecto obligaría a remodelar todo.
Hay quien, sobre todo en la afición, no vería con malos ojos el regreso de Paco López, pero eso necesariamente debería implicar otros cambios en la entidad.