El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) acordó este miércoles permitir la venta y el consumo de bebida y comida en los recintos deportivos, entre otras medidas, y esto afectará a los estadios de LaLiga Santander. Además, se eliminan todas las restricciones de aforo que han ido alzándose de manera progresiva durante los últimos meses. En cuanto al Levante UD, el Ciutat de València deberá respetar estas normas en los cinco compromisos que le restan al conjunto granota para lograr la salvación.
Estas nuevas medidas, pendientes de ser aprobadas por la Generalitat Valenciana, fueron acordadas por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y los consejeros y consejeras de Sanidad del SNS.
De cumplirse lo previsto, es un paso más en la vuelta a la normalidad tras la pandemia. La medida concuerda con el acuerdo alcanzado este martes para aplicar una nueva "Estrategia de vigilancia y control frente a la covid".
Desde el próximo 1 de abril, el aforo será el máximo y se permitirá tanto el consumo como la venta de alimentos y bebidas en recintos deportivos en interiores y exteriores. Los aficionados que acudan al Ciutat de València en el partido del próximo sábado 2 de abril frente al Villarreal CF serán los primeros que puedan consumir desde antes de la pandemia.
Más allá del duelo ante los 'groguets', el Levante tendrá que recibir a Barcelona, Sevilla, Real Sociedad y Deportivo Alavés. Un calendario sin duda difícil en el que, no obstante, el Ciutat todavía puede jugar un papel fundamental para la permanencia. Hay que recordar que, en todo caso, se podrá consumir en los puntos de venta siempre que no se produzcan aglomeraciones.
En la reunión de este miércoles, según informó el Ministerio en un comunicado, los consejeros y la ministra abordaron que la incidencia acumulada en todo el país se mantiene en fase de estabilización y que, tanto la ocupación de UCIs y de camas hospitalarias están en nivel bajo con un 6 y un 3,7 por ciento, respectivamente.
Sanidad ha impulsado una nueva estrategia que entrará en vigor el próximo lunes, que implica "aceptar un cierto nivel de transmisión" entre la población vacunada, joven y sana para pasar a centrarse solo en las personas más frágiles.
En base a esos cambios, los casos confirmados con síntomas leves ya no tendrán que aislarse, sino "extremar las precauciones y reducir todo lo posible las interacciones sociales", y ya no se monitorizarán todos los casos.