Fabrício es indiscutible para Felipe Miñambres. Ha sido titular en cinco de los seis encuentros (Oviedo, Sporting, Burgos, Elche y Valladolid y suplente ante el Andorra) desde que su descubridor está al frente, aunque todavía no ha visto puerta. Y eso que esta vez, por fin, las lesiones le han dado una tregua.
Generador absoluto. Pura potencia y diferencial por su velocidad. Con su presencia, cada partido es un Fabricio contra el mundo, azotado a infracciones de los rivales, con una protección arbitral cuestionable y obligado a buscar otras vías para seguir haciendo daño porque los rivales, aunque sufren de lo lindo para secarle, le empieza a coger la matrícula.
Ese es un reto: reciclar su versión demoledora para seguir sorprendiendo y recuperar la alegría del gol en una final por el ascenso. Un Fabricio 2.0. “Ya lo conocen ahora, tratan de agarrarlo para que no coja velocidad y a partir de ahí interrumpir. Ha habido dos o tres acciones, pero a veces las pitan y a veces no. Él tiene que intentar buscar otra forma mejor de no estar tan cerca del rival para intentar correr antes de que lo puedan agarrar”, reclamó Felipe en Valladolid.
El entrenador-director deportivo tiene una fe ciega en el ‘12’ granota. De puertas para dentro saben lo que tienen entre manos. Un diamante por pulir para sacar todo su potencial y vigilando su estado físico para no volver a tener que parar por las lesiones. Una combinación de factores crucial para recortar distancias cuanto antes y esprintar hacia el objetivo de acabar entre los seis primeros.
Ante el Zaragoza, rival de este sábado, marcó su último gol de la temporada y ese mismo día, en la última jornada de 2023, sufrió su última lesión. “Las pruebas han confirmado que el jugador sufre una lesión muscular en el bíceps femoral derecho. La evolución de la lesión marcará su regreso a los entrenamientos colectivos”, describió el parte médico. Desde ahí desapareció de los planes deportivos en los cuatro partidos de enero y reapareció en los últimos dos encuentros con Calleja de entrenador.
Fabricio llegará a la primera de las dos finales seguidas en Orriols por el ascenso después de haberlo jugado prácticamente todo contra Burgos (le suplió Bouldini en el minuto 81), Elche (Dani Gómez entró por él en el 90) y Valladolid (sin gasolina, fue sustituido por Cantero en el 89). Comparte con Brugué y Dani Gómez el tercer escalón de máximos realizadores del equipo con cuatro tantos, por detrás de Pablo Martínez (con cinco) y Bouldini (con siete).
Es un valor de presente y con un futuro ilimitado. Una de las piezas más cotizadas del mercado y que no está pasando desapercibido por los rivales. Hay muchos focos puestos ya en el delantero brasileño, el gran acierto de Felipe Miñambres, que apostó por él después de verlo debutar en la liga brasileña con Gremio. Un reclamo en el mercado al estar un club atado por la necesidad de hacer caja.
A la conclusión de la temporada 2020/21, Felipe consiguió una cesión para que el delantero se marchara al filial del Celta. Allí anotó con 7 goles en 30 partidos, con la progresión de promocionar a la primera plantilla.
Cuando concluyó esa primera temporada en España, Miñambres ya no llevaba los mandos del proyecto deportivo en Vigo porque había aterrizado en febrero de 2022 al Levante, pero quiso seguir teniéndolo en su hoja de ruta. De ahí que le trasladó a Gremio una nueva operación con Fabrício a cambio del 50% de los derechos económicos de una futura transferencia, con un contrato de cinco temporadas, la primera en calidad de cedido al CD Castellón. De orellut compartió vestuario con Kochorashvili.
Fabrício Santos tiene contrato hasta 2027, con una cláusula de rescisión de 20 millones de euros y, además, el Levante puede adquirir un 20% adicional de sus derechos a cambio de 500.000 euros si los pone sobre la mesa a lo largo de los cuatro años de contrato que tiene de vinculación, por lo que, previo pago de ese medio millón de euros a Gremio, podría embolsarse un 70% de un hipotético traspaso del actual delantero franquicia del Levante UD.